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Análisis

La oposición se hace la oposición y el PP, de espectador

La pelea entre PSOE, Los Verdes y Sueña diluye el debate sobre la subida de sueldos y asesores del equipo de gobierno

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Pleno de organización del Ayuntamiento de Torrevieja

Antes de que a los 14 miembros del nuevo equipo de gobierno del PP les diese tiempo a pestañear, los portavoces del PSOE, Los Verdes y Sueña Torrevieja se habían enzarzado, nada más comenzar el primer pleno del mandato del Ayuntamiento de Torrevieja, en un cruce de acusaciones y reproches. El gobierno popular ni les dio pie. Se bastaron solos. El pleno de organización del Ayuntamiento, junto a la decisión de los presupuestos o los de fiscalización de la gestión, pasa por ser uno de los más importantes en todo mandato consistorial de cuatro años. Ayer se definieron sueldos, composición de las comisiones, junta de gobierno, tenencias de alcaldía, y sobre todo por su especial protagonismo y el interés que despierta en la ciudadanía, las retribuciones de los concejales y los puestos de confianza del alcalde -19 del gobierno y 6 de la oposición-. Con esa «pelea» entre grupos de izquierdas -improvisada hasta en la calidad de los argumentos- pasó desapercibido que el alcalde Eduardo Dolón reconoció el aumento del sueldo de los ediles en 200 euros mensuales brutos entre 2015 y 2019 no solo por el IPC, como ha venido manteniendo, también en función de la aplicación del convenio de los funcionarios del Ayuntamiento. Lo que se traduce, como avanzó este diario, en 3.400 euros brutos mensuales para los tenientes de alcalde y 3.200 para los ediles con delegación. Un ajuste al alza que desde la congelación salarial en la administración durante la crisis se puede ver con normalidad, pero que llama la atención a la ciudadanía de a pie acostumbrada a la precariedad laboral y a la hostilidad salarial que mandan en la actividad privada. Lo reseñó Sueña Torrevieja en el salón de plenos y el público lo captó de inmediato.

Pablo Samper (Sueña) acusó al PSOE de Andrés Navarro de «mercadear», «mendigar» y «subastar» las retribuciones de los grupos de la oposición con el alcalde, y expresó su decisión de«renunciar» a contar con sueldo municipal. Navarro justificó por su situación personal su decisión: funcionario del Ayuntamiento, aseguró que con el acuerdo de ayer su retribución (2.600 euros) se queda a la mitad de lo que percibía como arquitecto municipal. Olvidó sin embargo mencionar que a esa cantidad se suman los trienios que sí tiene derecho a ingresar, y acuñó la frase de «hacer la oposición a la oposición», reprochándole su actitud a Samper.

La portavoz de Los Verdes, Carmen Morate, aludida en las críticas por el de Sueña, le recordó que éste no renunciaba a su sueldo municipal, sino que su profesión de gestor administrativo es incompatible con esa retribución pública, debiendo escoger entre su actividad privada o la nómina pública. Seguirá en su negocio familiar y percibirá indemnizaciones por asistencia a juntas, plenos y comisiones informativas. Morate, que superó con más soltura de la esperada su estreno como portavoz, incidió en el blindaje de asesores de imagen que ha preparado Eduardo Dolón durante este mandato y que incluye a un jefe de gabinete, a un jefe de prensa, a un asesor de prensa y publicidad y a un jefe de Protocolo, entre la nueva «camarilla consistorial» de 19 asesores. También cuestionó desde el punto de vista ético que el concejal de Educación, Ricardo Recuero vaya a hacer compatible ese cargo con la dirección del Colegio Ciudad del Mar de la ciudad.

Muy parcas, las ediles Pilar Gómez Magán (Cs) y Carolina Vigara (Vox) apenas sumaron entre las dos un minuto de intervención de las dos horas de pleno. Vigara se abstuvo a la hora de aprobar las retribuciones (cobrará 2.600 euros brutos mensuales como edil con dedicación de la oposición) y subrayó que nunca respaldó los aumentos de sueldo. Luegó votó a favor de la propuesta de cargos de confianza. Gómez sí respaldó la negociación de la propuesta de asignaciones del PP, pero se abstuvo en la relación de puestos de asesores.

Con este escenario, si el PP podía albergar dudas de la tranquilidad con la que afrontar a golpe mayoría absoluta los plenos, la oposición las despejó ayer por completo.

Los socialistas votaron los puntos antes de la sesión por su división interna

«Los andreses» se quedan en minoría en las reuniones municipales y bajo la tutela del secretario Javier Manzanares

El PSOE tuvo que someter a votación de los cinco miembros de su grupo municipal los puntos que se debatieron en el pleno de ayer. Además con la tutela del secretario general de la agrupación local Javier Manzanares, como representante de la dirección política del partido -algo que avalan los estatutos federales del partido- . La votación la perdieron «los andreses»: el portavoz y candidato Andrés Navarro y el concejal y número 3 de la lista, Andrés Antón, estaban por respaldar la propuesta de retribuciones que presentaba el PP o abstenerse. Pero quedaron en minoría frente a los ediles Ana Pérez, Fanny Serrano y Rodolfo Carmona, que defendían votar en contra. Navarro acató la decisión del grupo -las caras de los miembros del grupo socialista reflejaban esta situación-. No está nada claro cuanto tiempo podrá sostenerse esta situación de desconfianza y ruptura interna en la que el ganador de las primarias socialistas y candidato está sometido a la decisión de la mayoría de su grupo y su principal enemigo político en el PSOE, Manzanares. La tensión interna va a más. Navarro se vio obligado a defender públicamente, en una intervención corta y entrecortada, lo que rechazó a nivel interno. Para evitar el riesgo de un expediente de expulsión. Todo aliñado además con una propuesta de retribuciones del alcalde que todavía permitiría que el edil Andrés Antón opte a retribución del Ayuntamiento al margen de la decisión del grupo municipal.

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