La mayoría de socios convocados a la asamblea general de la Sociedad Cultural Casino de Torrevieja rechazaron todos los puntos del orden del día que se plantearon por parte de la junta directiva en su última reunión. Un grupo de socios hizo valer en cada uno de los asuntos a tratar en torno a cien votos delegados frente a la veintena que hicieron acto de presencia en la propia asamblea -celebrada el pasado día 23 de junio- y que respaldaron de forma muy minoritaria las propuestas de la presidenta Rosario Soler Torregrosa.

No se aprobaron ni las actas de las convocatorias anteriores de asamblea general. Se rechazó la dación de cuentas de 2018, responsabilidad de la anterior junta directiva. El presupuesto de ingresos de ese ejercicio no se ha cumplido con un desfase de 14.000 euros menos sobre lo previsto. Tampoco se validó la subida de cuotas mensual de 22 a 25 euros. Y no salió adelante el que se planteaba como principal tema de la reunión: la aprobación de la solicitud de la declaración de Asociación de Utilidad Pública de la entidad centenaria. Un proyecto que, a juicio de la junta directiva, permitiría a la Sociedad Casino contar con más ayudas de la administración y ser eximida del pago de algunas tasas e impuestos -con un ahorro anual de unos 18.000 euros-. Algo vital para la sostenibilidad económica del Casino . El único requisito que debe asumir una asociación bajo esa condición es la que someterse a un control público de sus cuentas anuales. También se dio cuenta de la notificación de los juzgados de la demanda interpuesta por personas vinculadas al Casino que cuestionaron el proceso por el que se convocaron elecciones y las supuestas irregularidades -como la exclusión de un candidato por no coincidir su nombre de socio con el que aparece en el DNI- entre otras. socios que ha aglutinado el descontento a la dirección puede imponer su criterio cada vez que se convoque asamblea. Es decir, van a tener poder para vetar el impulso de gestión de la directiva en cualquier momento. Rosario Soler ha restado importancia a esta estrategia que busca la convocatoria de elecciones o su dimisión. No tiene intención alguna de cesar en el cargo, ni tampoco su equipo. La dirección de la Sociedad Cultural, una de las más antiguas de la ciudad, prohibió el acceso a los cinco socios sobre los que recae un expediente disciplinario y que son la cara visible de esa mayoría contraria. La junta directiva explicó que la subida de cuotas era necesaria para la sostenibilidad económica de entidad, en especial de sus siete puestos de trabajo, distribuidos entre conserjes y personal de limpieza. Mientras que la junta directiva asegura que la mayoría que están haciendo valer los críticos con el voto delegado pone en peligro esos puestos de trabajo y al propio casino -que contaba hace unos meses con 520 socios ya hora son 470-, fueron esos socios los que achacan Soler esta situación.