Las altas temperaturas del verano y el otoño pasados retrasaron la producción de la hortaliza estrella de la Vega Baja, la alcachofa, lo que unido a las lluvias que se registraron en el primer trimestre de este año han permitido alargar la campaña hasta bien entrado el mes de junio, una de las más tardías que se recuerdan. Los productores de la comarca acaban de cerrar la campaña y se muestran satisfechos por el incremento del precio en origen con respecto al año anterior. La campaña cierra con un descenso en un 14,23% en la producción que se compensa con un aumento del 22,4% en los precios de venta en origen, según los datos facilitados a INFORMACIÓN por la Asociación Alcachofa de la Vega Baja.

Se ha pasado de una media de 58 céntimos de euro el kilo en la campaña del año anterior a cerrar la temporada de 2019 con una media de venta en origen de 71 céntimos de euro el kilo. Con las cifras registradas en esta campaña, el cultivo de la alcachofa recupera los precios al alza que llevaba encadenando desde el año 2012 a excepción de la temporada de 2018. Por lo que respecta a la producción, la campaña se ha cerrado con alrededor de 22.300 toneladas frente a las 26.000 de la temporada anterior. Entre los motivos del descenso, el presidente de la Asociación de la Alcachofa de la Vega Baja, Diego Martínez ,apunta a los factores climatológicos y a que algunas tierras pueden sufrir el cansancio de repetir el cultivo varios años y, por tanto, que la planta tenga un menor rendimiento y sean menos productivas. Sobre el clima, lo más perjudicial fueron las altas temperaturas en los meses previos al inicio de la campaña que obligaron a tener que replantar algunas zonas donde no llegó a enganchar la planta. Por el contrario, las heladas fueron suaves y apenas afectaron a la producción.

Para Martínez, en líneas generales, la campaña ha sido buena porque la menor producción se ha compensado con mejores precios. «El cultivo de la alcachofa sigue siendo rentable, es un producto estrella de la huerta y un referente del potencial que tiene el sector en la Vega Baja, no solo como motor económico y generador de empleo sino también como símbolo de nuestro territorio y atractivo turístico, gastronómico y cultural. Llevamos encadenando varios años de resultados satisfactorios y uno de los motivos es el trabajo de impulso y promoción que estamos llevando a cabo desde la marca de calidad», señala. De hecho, los últimos años aún podrían haber sido mejores en términos de producción pero la falta de agua de calidad y las elevadas temperaturas han condicionado el crecimiento de esta hortaliza. En cuanto a la exportación, los precios han sido estables y ligeramente superiores.

Quedan muy pocas alcachofas en los mercados, pero a partir de ahora se pueden consumir en conserva. La industria conservera de alcachofas de la Vega Baja ha crecido en los últimos años. El presidente de la asociación anima a los consumidores a mirar las etiquetas para conocer su procedencia ya que países como Perú están muy presentes en los puntos de venta de España y, de hecho, nuestro país es el segundo mercado para las exportaciones de alcachofa en conserva peruanas. «Es importante que los consumidores conozcan el origen y valoren que detrás de las alcachofas en conserva de la Vega Baja hay calidad, miles de puestos de trabajo y una industria vital para el tejido socioeconómico de la comarca».

Crece el interés de los mercados internacionales

Los mercados internacionales, a pesar de la competencia de países como Perú o Egipto, se han mostrado interesados en la alcachofa de la Vega Baja. Francia sigue siendo el principal destino de las hortalizas de la comarca, pero otros países menos tradicionales han adquirido este producto, como Holanda, que ha absorbido más volumen que en otras campañas y desde ahí se ha distribuido a nuevos mercados europeos. La Vega Baja concentra el 50% de las exportaciones y es la 2ª zona productora por detrás de Murcia.