No cabía ni un alfiler. Con bailes, música, ritos, cenas y hogueras en los arenales de las localidades costeras de la comarca se recibió la llegada de la noche más corta de año, la de San Juan, que se mantuvo viva la pasada madrugada con las tradiciones paganas, como los saltos sobre las llamas y las olas del mar, dando también así la bienvenida al verano con los honores del fuego. A última hora de la tarde de ayer, numerosos grupos de jóvenes, entre ellos muchos menores, y familias se asentaron en la arena, con sillas y neveras repletas de comida y bebida, para ver la puesta de sol y empezar con los preparativos de la fiesta nocturna, que fue celebrada por miles de personas hasta altas horas de la madrugada. También, los paseos marítimos acogieron gran afluencia de gente que disfrutó desde otra perspectiva del animado ambiente que reinaba en la orilla del mar.

La ciudad salinera de Torrevieja de una fiesta grande al permitir en sus playas las hogueras, aunque limitó el horario y la madera utilizada. En cambio, este año la noche más mágica ha visto reducido el número de hogueras en playas del litoral de la Vega Baja, como en Guardamar del Segura y Pilar de la Horadada, donde por medio de ordenanzas municipales, se ha controlado el propósito de vecinos y visitantes de prender fuego en estos espacios de dominio público marítimo terrestre.

En el caso guardamarenco, solo se autorizó una única hoguera oficial en la playa La Roqueta, quedando totalmente prohibido hacer fuego en áreas privadas y particulares en los arenales. Además, el Ayuntamiento habilitó un dispositivo policial para evitar, bajo amenaza de multa de 200 euros, el consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes y menores en la arena de las playas.