Ni hamacas ni sombrillas ni patinetes ni actividades lúdicas y, de momento, tampoco sillas de vigilancia para los socorristas. Así amanecen a diario, en la antesala de la temporada alta, las playas de Torrevieja. El contrato para la concesión del dominio público para las actividades recreativas y distintos servicios de playa no está, ni se le espera, durante este verano. Mientras, el de suministro de 30 sillas de vigilancia y la reparación de la cubierta de siete casetas del servicio de socorrismo solo aparece en la fase de aprobación de pliegos. Todavía no han ofertado las empresas interesadas.

Tal y como ha podido comprobar INFORMACIÓN los socorristas que comenzaron la temporada de vigilancia el pasado sábado recorren las playas a pie sin contar con un elemento de visualización panorámico de la playa. El Ayuntamiento este año no ha rescatado en algunas playas las antiguas sillas de vigilancia de madera, que presentan un lamentable estado de conservación.

Lo más llamativo de esta carecencia es que el primer expediente para intentar comprar las sillas se remonta a noviembre de 2016. En el verano de 2017, el nuevo mobiliario no llegó, pero la situación se «disimuló» porque todavía se podía utilizar el viejo. La polémica estalló el verano de 2018 con las imágenes de los socorristas sentados en sus propias silletas de playa. De nuevo se tuvo que echar mano del antiguo. No parece que ese episodio haya servido para engrasar la maquinaria administrativa local. El contrato para suministrar las sillas y el refuerzo de las cubiertas de los puestos de playa -que ha perdido la tela asfáltica que las recubría- y evitar entrada de agua con lluvia, tan solo supone un coste de 25.000 euros -el Ayuntamiento de Torrevieja maneja un presupuesto anual de más de 90 millones de euros, además de un superávit millonario-.

La tramitación iniciada en 2016 fue paralizada por la anterior interventor el verano pasado. El criterio era que no se podía contratar el suministro de sillas y el de reparación de las cubiertas por separado, tal y como planteaba la concejalía dirigida hasta el pasado sábado por el edil Javier Manzanares. Un tipo de contratación que permitía una tramitación más rápida, pero que limitaba la adjudicación a una sola empresa. Con dos contratos menores: uno para las sillas, en torno a 11.000 euros y otro de 13.000 para la cubierta de los puestos. Es decir, dos contratos a adjudicar a dedo.

El 29 de noviembre de 2018 se inició otro contrato con la publicación de una nueva memoria justificativa. Esta vez con un pliego de condiciones con concurso abierto, aunque dividido en dos lotes. Incomprensiblemente, la aprobación de los pliegos técnicos y administrativo ha tardado en aprobarse seis meses . La interventora, protagonista en la gestión municipal cada vez que ejercía su labor de fiscalización, se marchó en marzo. Ya no está para hacerle responsable del retraso.

El pliego admite además que tanto las sillas como las condiciones de las casetas de socorrismo son responsabilidad del Ayuntamiento y no la empresa que realiza el servicio de socorrismo. Es decir, si se produjera alguna incidencia en el desarrollo del servicio no sería imputable a la empresa que lo presta, sino al municipio. El nuevo equipo de gobierno del PP no se pronunció ayer sobre esta situación. Solo sugirió que se trata de un contrato del anterior mandato.

La ausencia de servicios como el de hamacas, parasoles, patinetes, motos de agua, hinchables, entre otros, supone un varapalo para algunos tramos de playa. Es el caso de La Mata, donde los quioscos concesionados por Costas cuentan con mucho del público que utiliza esos servicios y que al no encontrarlos en Torrevieja puede migrar a otras playas vecinas. La estampa de los patinetes acuáticos, con mucha demanda del turismo familiar, es especialmente típica en las playas del Cura, Los Locos y Los Náufragos. No se dará este año.