Seis mil gaviotas de Audouin regresaron en marzo a las instalaciones industriales de la salinera de Torrevieja. Es la segunda mayor colonia de nidificación del mundo de un ave que estuvo en peligro de extinción inminente en la década de los noventa y que ha encontrado en la tranquilidad de los saladares en torno a la actividad extractiva de sal un verdadero santuario. Un área de nidificación singular en todo. Está cercada por una de las mayores conurbaciones turístico residenciales de España. Dentro de una zona industrial que mantiene su actividad de explotación mientras nidifican y crían en un medio hostil como los saladares, y que el mismo tiempo es Parque Natural. Se alimentan, sobre todo, de capturas de pescado azul como la sardina y el boquerón -están a solo unos cientos de metros del mar-. También de los descartes de los pesqueros, pero se ha comprobado que no le hacen ascos los residuos orgánicos. «Una serendipia» donde confluyeron todos los elementos para dar cobijo al ave y que creara una colonia reproductora, que ha repetido año tras año desde 2009 en número crecientes, en palabras del gerente de MendiJobs, Sergio Eguía, que ayer realizaba el anillamiento anual, tras un seguimiento iniciado en el mes de marzo. En la década de los sesenta solo sobrevivían 800 parejas en todo el planeta. Ahora son en torno a 20.000 y el segundo enclave más importante del mundo para la reproducción es este entorno de la laguna de Torrevieja.
Las parejas adultas trataban de proteger a los pollos que corrían entre las matas de saladar mientras los técnicos y voluntarios intentaban recabar datos. Ayer se comprobó la buena salud de la colonia pese a las dificultades que se han presentado en los últimos meses. La empresa Mendijob Medio Ambiente, contratada por la empresa salinera, Grupo Salins, por mandato de la Generalitat, para realizar el seguimiento de la colonia, anilló en torno a 150 pollos. Los investigadores esperaban este año que la proporción de crías -en torno a un millar-fuera menor porque las lluvias torrenciales de récord que afectaron a la ciudad -200 litros por metro cuadrado en dos días- se produjeron en pleno periodo de nidificación e inundaron las principales zonas de saladar en las que se reproducen desde hace una década. Pero también el azar ha venido al rescate de la cría de Audouin.
Hace unos meses la salinera retiró buena parte del vertedero de escombros y otros materiales que se acumulaba al sur de la antigua fábrica de químicos. Este terreno quedó algo más elevado que la orilla y otras zonas de saladar que quedaron anegadas al elevarse el nivel de la laguna hasta 30 centímetros. Y en esta nueva explanada es donde encontraron cobijo las parejas para realizar los nidos.
Estas gaviotas pasan el invierno en la costa suroeste de África, desde Marruecos pasado por Mauritania y Senegal. Realmente han sido muy poco estudiadas en esas zonas. Nadie sabe a ciencia cierta por qué en su migración en primavera hacia el norte escogen apenas cuatro emplazamientos del Mediterráneo español para nidificar, entre ellos Torrevieja -el mayor es el Delta del Ebro-y pasan de largo por la costa andaluza. En el caso de la laguna de Torrevieja cuenta, -y mucho- el escrupuloso respeto que la empresa salinera ha tenido con el asentamiento de la colonia desde el principio pese a que ha limitado algunas de sus operaciones o retrasó la implantación de las visitas turísticas al complejo. La empresa alerta las responsables del seguimiento la llegada de las parejas de las aves de la migración e impide el acceso de vehículos, además de haber acotado las zonas de nidificación. La firma no hizo nada en su día porque las aves se quedaran. Pero, sobre todo, no hizo nada por echarlas -todo el ámbito de las lagunas es Parque Natural-. Y ahora la gestión de la colonia se ha convertido en un referente de su labor de respeto al medio ambiente. En el anillamiento de ayer, en el que, entre otras pruebas, se toman muestras de sangre de los pollos, participaron una veintena de personas. Además de técnicos de la empresa, investigadores de las universidades de Murcia y Barcelona, y personal que aporta el Ayuntamiento. Entre ellos el biólogo municipal y tres trabajadores de la empresa mixta municipal de gestión del agua, Agamed, que desarrollan el proyecto Biobserva en la Estación Depuradora de Torrevieja, que hace el seguimiento de estas aves en esas instalaciones, ubicadas también junto a la laguna.
