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Bascuñana es reelegido alcalde de Orihuela sin más apoyos que los nueve votos del PP

El candidato popular seguirá como regidor al liderar la lista más votada en las elecciones y busca reeditar un bipartito con Ciudadanos para gobernar con mayoría absoluta

Bascuñana recibe el bastón de mando de manos de su hijo y del concejal Rafael Almagro. TONY SEVILLA

Emilio Bascuñana revalidó ayer su cargo como regidor de Orihuela por segunda legislatura consecutiva. El Partido Popular (PP) ha conseguido retener la Alcaldía de la capital histórica de la Vega Baja pero todo apunta a que gobernará con menos holgura que nunca. El candidato sólo obtuvo el respaldo de 9 de los 25 concejales de la nueva corporación -los del PP- y fue investido automáticamente por liderar la lista más votada en las elecciones del 26 de mayo. El mandato arranca pues con un gobierno en minoría que necesita pactar, precisamente, con quien ayer le negó su apoyo: Ciudadanos (Cs). Dicha formación cuenta con cinco ediles que son clave para consolidar el poder del bloque de derechas, pero ayer dejó claro que no dará aliento a cualquier precio.

Los movimientos en el ajedrez de los pactos serán clave a partir de ahora para decidir el futuro del Palacio del Marqués de Arneva. No es algo nuevo. Las caras han cambiado, pero la situación vivida ayer en Orihuela es prácticamente idéntica a la ocurrida hace cuatro años, solo que con una diferencia que no es baladí. El grupo ciudadano, liderado por José Aix, ha obtenido dos concejales más que en los comicios de 2015, hasta llegar a cinco, mientras que los populares han perdido dos representantes. Así las cosas, Cs se ve con más fuerza a la hora de negociar un posible gobierno compartido y exigir la gestión de áreas clave. Tanto es así que esperarán a que Bascuñana llame a su puerta y, hasta entonces, se mantendrán como grupo de la oposición. Es la misma estrategia que usaron en 2015: tensaron la cuerda hasta el extremo dejando incluso al gobierno sin sueldo hasta que hubo puntos de encuentro. Y les funcionó.

El reelegido como alcalde oriolano conoce por experiencia lo complicado que puede llegar a ser gestionar la ciudad con una minoría tan exigua y quiere reeditar el bipartito cuanto antes. Ayer, nada más tomar posesión, tendió la mano públicamente al grupo de Cs en busca de un acuerdo que apuntale el gobierno local hasta 2023.

«La colaboración con Ciudadanos, pronunció Bascuñana. En su primer discurso del mandato repasó algunas de los «problemas históricos» de la ciudad que, a su juicio, han sido resueltos desde que asumió la vara hace cuatro años y enfatizó que el gobierno bipartito ha gestionado la administración local con «transparencia y responsabilidad». En un arranque de humildad admitió incluso que se han cometido errores y «pido perdón por ello», prosiguió.

Durante su intervención, el alcalde tiró de optimismo y recalcó que ahora es el momento de «mirar hacia el futuro». Aseguró que «confía y desea» en alcanzar el esperado pacto cuanto antes para afrontar esta nueva etapa con «diálogo y pluralidad» con todos los grupos políticos. Por pedir, pidió también a los compañeros de su propio partido «que les apoyen». Ello después de un mandato no ha sido precisamente una balsa de aceite en un PP roto y dividido en el que los ataques de fuego amigo han sido una constante.

13 nuevos ediles

La sesión se alargó cerca de hora y media en un salón de plenos abarrotado y con numerosas personas siguiendo la retransmisión desde el vestíbulo, donde se instalaron sillas y una pantalla. Comenzó con la llegada de los concejales electos, 13 de ellos de nueva incorporación. La Mesa de edad que dirigió la sesión inicialmente estuvo presidida por los concejales de mayor y menos edad: Guillermo Cánovas (PSOE) y José Manuel García (Vox), respectivamente. Tras la promesa o juramento del cargo (el edil de Vox «por Dios y por España» y con un gran crucifijo en la mano, y la de Cambiemos recalcando su posición ecofeminista) se procedió a la votación de los alcaldables mediante voto secreto.

Hubo empate. El popular logró los nueve votos de su grupo frente a los nueve de la socialista Carolina Gracia, que a sus seis ediles sumó el apoyo de los tres concejales de Cambiemos Orihuela. Los dos de Vox votaron a su aspirante y, por tanto, era Cs quien tenía la clave para virar el gobierno hacia un extremo u otro. Finalmente respaldaron a su propio candidato, José Aix. Ello permitió que Bascuñana recibiera el preciado bastón de mando de manos de su hijo y de su compañero de grupo Rafael Almagro.

En los últimos días, los dos partidos de izquierdas entablaron conversaciones con Cs para tratar de impulsar un gobierno alternativo al de Bascuñana pero no fructificaron. Ni Gracia ni Aix estaban dispuestos a renunciar a sentarse en el sillón de la Alcaldía. Ahora, y una vez despejada la elección del regidor, comienza la partida de póker en busca del ansiado pacto.

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