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El «Gran Hermano» de Fenoll

Un policía de la UDEF relata en el juicio la «desmedida afición» del empresario por grabar a cargos públicos y personas influyentes para presionarlos

El empresario Ángel Fenoll, a la entrada de la Ciudad de la Justicia de Elche para asistir a una de las sesiones del juicio. antonio amorós

«Fenoll tenía una desmedida afición a las grabaciones». Así definió ayer el responsable hasta mayo de 2007 de las investigaciones del Brugal, el caso que investiga un supuesto amaño de la contrata de basuras de Orihuela. El agente señaló que el empresario oriolano grababa a políticos, empresarios y personas influyentes con el fin de usar ese material para presionarlos en favor de sus intereses. Era su «visión empresarial», señaló. La forma en la que Fenoll creía que conseguiría su beneficio. «A los políticos hay que tenerlos pillados», repetía en muchas de estas conversaciones, señaló el agente.

De hecho, y siempre según la declaración del testigo, su entorno más cercano era conocedor de su facilidad a la hora de grabar las conversaciones, hasta el punto de que un empresario le solicitó mantener una reunión en una piscina para neutralizar, con el agua, cualquier dispositivo electrónico con el que registrar el encuentro. Una táctica, no obstante, que no sirvió de nada, pues Fenoll contrató a un detective para solventar este hándicap y que la reunión quedara grabada.

La sesión del juicio sirvió ayer para conocer más detalles de las presuntas extorsiones que pretendía. Este agente fue uno de los que participó en los primeros registros tanto de la casa de Fenoll como de su despacho en Colsur. Allí encontraron grabaciones en las que aparecían personas supuestamente recibiendo dinero o hablando sobre situaciones en las que se comprometían a otras. A los investigadores les sorprendió encontrar un equipo de grabación «casi profesional» en el despacho del empresario de la Vega Baja. La cámara estaba escondida en la alarma volumétrica que se accionaba desde la mesa de Fenoll.

También los pinchazos telefónicos de la primera fase de la investigación sirvieron para «determinar cuál era el modus operandi» de Fenoll: «Mediante su estatus social y valiéndose de su amistad con personas influyentes políticamente», grabó a estas personas para «realizar presiones y chantajes».

El policía puso nombre a algunas de estas personalidades influyentes, como Francisco García Ortuño, «que estaba más bien entre los que colaboraban con él y estaba a favor de concederle la contrata de basuras». Otro nombre que salió a relucir en el juicio fue uno de los asesores de Alcaldía, «que, por las conversaciones, dedujimos que era un hombre con poder de decisión en la cúpula del partido» en Orihuela.

La vinculación política de Fenoll con el PP oriolano centró buena parte de la declaración del testigo, quien dio algunas pinceladas más sobre las «gaviotas» que envió a Camps y a Zaplana, altos dirigentes del partido. Las «gaviotas» en realidad eran cartas en las que advertía de las actividades supuestamente delictivas de alguno de los políticos del PP que no querían a Fenoll, con el fin de apartarlos de cualquier cargo con el que pudieran ir en contra de sus intereses. «Fenoll mandaba a su mano derecha quedarse con las copias de los acuses de recibo, con el fin de hacer una doble extorsión, la de la carta en sí misma, y para poder chantajearlos luego con hacer público que eran conocedores de esas irregularidades y no habían hecho nada», dijo. El investigador fue claro a la hora de responder tanto a las preguntas del Ministerio Público como de las defensas de los 34 acusados: todo aquel que ayudaba a Fenoll a conseguir sus intereses no lo hacía de forma «altruista», sino que «tiene una contraprestación, presente o futura».

En este sentido sacó a relucir la propaganda electoral que la UDEF sostiene que Fenoll pagó para hacer a Mónica Lorente alcaldesa de Orihuela en 2007, que incluyó fletar autobuses o la compra de gorras y mecheros.

Mónica Naranjo

Durante la sesión de ayer también hubo espacio para la polémica, cuando el investigador puso, a modo de ejemplo, el CD con la inscripción de Mónica Naranjo que encontraron en la caja fuerte de Fenoll durante el registro policial. La similitud con el nombre de la exalcaldesa, Mónica Lorente, indujo a error, y su defensa pidió aclarar el contenido del disco. Para sorpresa de todos los presentes, se trataba de un disco de contenido musical.

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