El puerto deportivo y pesquero de Guardamar del Segura está más cerca de ver el dragado que llevan esperando los vecinos, los propietarios de embarcaciones, el Club Náutico Marina de las Dunas y empresarios, los perjudicados desde hace más de dos años.

A pocos días de las elecciones municipales, se celebra en la mañana de hoy, a las 12 horas del mediodía, una sesión de pleno extraordinaria y urgente para poner sobre la mesa la inversión de 302.000 euros que acabe con el problema de calado en el canal de salida y entrada al puerto guardamarenco, que impide la navegación de embarcaciones de calado mayor a 1,60 metros.

En esta cita plenaria se plantearán modificaciones de crédito, que pasarán de los 40.000 euros iniciales a la cantidad de 302.000 euros, para cubrir la totalidad del dragado, con el fin de que se puedan ejecutar las obras de acondicionamiento del canal fluvial lo antes posible y asegurar así las condiciones de navegabilidad del puerto deportivo de Marina de las Dunas y del muelle pesquero del puerto, en la margen derecha del río.

De aprobarse estas modificaciones, las actuaciones en el puerto podrían empezar en unos meses, sumando otro verano con los barcos amarrados, ya que hasta el 15 de junio, el futuro alcalde o alcaldesa no tomaría posesión del cargo junto al nuevo gobierno municipal, retrasando con ello la gestión administrativa para iniciar la operación de limpieza y ahondamiento que ayudará a aumentar la profundidad del canal navegable, retirando entre seis y diez mil metros cúbicos.

Dragado urgente

Ya han pasado más de dos años desde que la zona portuaria del municipio está a la espera de una solución más que necesaria, después de que en diciembre de 2016 el problema empezara a ser más evidente a consecuencia de unas lluvias torrenciales, hechos que se han repetido en alguna ocasión más arrastrando cañas y maleza al puerto deportivo Marina de las Dunas, empeorando mes tras mes una falta de calado que ha forzado a usuarios del puerto a llevar sus embarcaciones a otros puntos de amarre de Torrevieja, Orihuela Costa y Santa Pola, y a empresas dedicadas a las piscifactorías a replantearse la continuidad de sus negocios en Guardamar.