La obra de rehabilitación del conjunto hidráulico histórico del Puente de Carlos III, el azud y la noria sobre el río Segura, en el corazón del casco urbano de Rojales, está paralizada. El plazo de terminación se fijó para finales del pasado mes de abril. La adjudicación de la actuación se formalizó a favor de la empresa Aitana, por 659.000 euros (impuestos incluidos) el 14 de enero de 2019.

El alcalde socialista de Rojales, Antonio Pérez, decretó el 23 de abril una ampliación del plazo de ejecución hasta el mes de junio. Sin embargo, la semana pasada decretó la resolución del contrato. El motivo de fondo de la paralización está en sobrecostes que la empresa no quiere asumir sin su correspondiente modificado en la obra. En concreto los 100.000 euros fuera de presupuesto que supondría la adquisición del granito para el acabado de la reforma. Aunque este desencuentro no se ha expresado oficialmente a través de la documentación oficial, según ha podido conocer este diario, la empresa sí está dispuesta a terminar la obra pero no con el material específico que supuestamente solo puede ofrecer un suministrador.

En este sentido, la primera teniente alcalde y concejal de Cultura, Patrimonio Histórico Natural y Mujer, Inmaculada Chazarra Pérez, manifiesta su malestar por la falta de compromiso de la empresa en los plazos, argumentando que «estamos en proceso de solventar la problemática siguiendo el cauce legal». La edil aseguró que las actuaciones tenían como plazo de finalización el pasado 22 de abril y espera que las fiestas patronales en honor a San Pedro y de Moros y Cristianos puedan celebrarse en junio disfrutando de unas obras acabadas.

Mientras tanto el enfado de algunos vecinos por la paralización de la obra comienza a ser evidente, con quejas en redes sociales. El puente, uno de los referentes patrimoniales de Rojales, y una de las imágenes reconocibles de la postal del municipio, es un paso de vehículos muy importante para conectar dos zonas del centro del caso urbano, además del barrio de Los Palacios de Formentera de Segura. Hay otros pasos peatonales y de tráfico sobre el río muy cercanos, pero la paralización también afecta a calles aledañas a la obra, perjudicando las ventas de los comercios ubicados en esta zona del municipio. Esta prolongación en la ejecución «perjudica seriamente a los comercios situados cerca del emblemático puente», expresó el Partido Popular de Rojales.

Aitana se adjudicó casi al mismo tiempo estas obras y las de la nueva piscina y remodelación del polideportivo -que también ha tenido problemas de ejecución-. Para el caso del puente, la mesa de contratación excluyó la oferta de otra mercantil que ofrecía una propuesta más económica.

También han comenzado a plantearse algunas críticas sobre la falta de respeto histórico a la fisonomía original del puente.El objetivo principal de la obra de esta edificación del siglo XVIII era la reparación y restauración de los elementos arquitectónicos del conjunto histórico, en especial el puente, la sillería exterior de la noria y el azud. Así mismo, «con mejoras estéticas en la pavimentación del entorno» y la prioridad de conservar el Patrimonio Histórico del municipio de Rojales. «Con esta reforma, además se busca mejorar la iluminación y dotar a este espacio histórico de una imagen renovada», indicó la edil Chazarra, en alusión a la extensión de la obra en la reurbanización de las calles La Hila, Héroes de África, Francisco Serrano y Malecón del Soto.