La actividad frenética ha regresado a la lonja pesquera de la bahía de Torrevieja. Aunque el ejercicio de 2019 no está siendo malo en la pesca tradicional de sardina y boquerón se echaban en falta el desembarque de otras especies que definen la subasta de Torrevieja como una de las de pescado azul más importantes de la Comunidad Valenciana.

La flota pesquera de cerco con base en Torrevieja ha capturado 29 toneladas de bacoreta en los tres últimos días de faena-viernes, lunes y martes-. Esta especie de túnido ha alcanzado un valor de 2 a 2,80 euros el kilo en primera venta en la lonja de pescado, según indicaron fuentes de la Cofradía de Pescadores local. Con lo que los pesqueros han facturado en torno a 70.000 euros por ese desembarque.

Cada uno de los ejemplares de bacoreta como los subastados en la lonja puede alcanzar hasta los 15 kilos de peso y los 1,20 centímetros de longitud. Se trata de una especie apreciada para su venta en fresco pero también con destino al salazón. Pertenece a la misma familia que de las caballas, melvas, bonitos y atunes.

La captura de bacoreta es aleatoria. Es una especie depredadora de sardina y, sobre todo, boquerón: pescado azul que es a su vez el principal objetivo de la flota de cerco de que faena en aguas de Torrevieja. Cuando los bancos de bacoretas persiguen a la sardina o al boquerón quedan atrapados en las redes de cerco. Algo que ocurre de forma preferente entre finales de la primavera y durante todo el verano al acercarse este túnido a las zonas costeras en busca de sus principales presas. Ya a finales del verano, cuando las bacoretas han concluido su fase de desove, y están hambrientas, incluso son capturadas desde la costa por pescadores con caña aficionados.

La flota de cerco está autorizada a capturar bacoreta con artes de pesca de sardina o boquerón, cuando se produce de esta forma casi casual y sin cupo. En estos momentos tienen como base la dársena pesquera de Torrevieja embarcaciones procedentes de Mazarrón y Águilas (Murcia) y de puertos almerienses.

Nivel de actividad

La racha de capturas comenzó con 14 toneladas desembarcadas el viernes. Continuó el lunes con otras 6 y ayer con otras 9. Tan rápido como ha llegado esta pesquera puede desaparecer. Es un tipo de captura imprevisible, según explican las mismas fuentes.

Estas capturas siguen manteniendo un nivel de actividad muy elevado para un sector con un número de empresas y armadores locales muy reducido -ni media docenta-, pero con una subasta que atrae a flotas de cercanas.

Y es que la lonja pesquera de Torrevieja subastó 2.739 toneladas de pescado en el pasado ejercicio de 2018. Estas capturas alcanzaron un valor en primera venta de más de cinco millones de euros (5.074. 748 euros).

La actividad del sector pesquero tradicional recuperó así los registros de anualidades pasadas en las que había rebasado siempre los 5 millones de euros en volumen de facturación, alcanzando incluso los seis en alguna anualidad, salvo el ejercicio de 2017 en el que la que descendió a 3,9 millones de euros. El puerto torrevejense mantiene en puestos de cabeza en el desembarco y venta especializada de pescado azul de entre las 22 cofradías de la Comunidad Valenciana.

Las capturas de sardina y boquerón de las traíñas torrevejenses y de otros puertos del sureste, copan la mayor parte del pescado desembarcado, el 82% del total, siendo esta última especie la protagonista tanto en pesca desembarcada como en valor en primera venta. Las 846 toneladas alcanzaron un precio de subasta a la baja de 2,7 millones de euros. Una media de más de tres euros el kilo. También aparecen como especies de rentabilidad para los pescadores el pulpo y el emperador o pez espada, si bien ésta se limita a un cupo máximo de captura.

Los once mil kilos desembarcados en Torrevieja de emperador alcanzaron los 90.000 euros en venta. Siguen teniendo relevancia otras variedades de pescado azul como la melva, el bonito, la bacoreta y la lecha. En torno a una veintena de compradores acuden a diario a la subasta de la lonja de Torrevieja. La mayor parte intermediarios que trabajan para los mayoristas que sirven a grandes cadenas de alimentación y pescaderías al detalle.