Las lluvias torrenciales dejaron doscientos litros por metro cuadrado en la laguna de Torrevieja la pasada Semana Santa. El nivel del agua de la laguna salada ha subido treinta centímetros. La laguna necesita un nivel de saturación de salmueras elevado para que la sal precipite en el fondo. Y el aporte de más agua, en especial caudales dulces, es el principal enemigo de ese proceso natural. El incremento del volumen de agua ya pone en serio peligro la producción de sal para el ejercicio 2019/2020. La empresa salinera ha solicitado a la dirección del parque natural de las lagunas de Torrevieja y La Mata que le autorice a evacuar 1,4 hectómetros cúbicos de agua a través del canal que conecta la laguna de Torrevieja con la de La Mata.
La Geneneralitat solo acepta que lleguen a la laguna matera 400.000 m3, según explicó, a preguntas de este diario, la gerencia de la Nueva Compañía Arrendataria de las Salinas de Torrevieja (NCAST), integrada en el grupo francés Salins. Una cantidad mayor de aporte de agua a la laguna de La Mata pondría en serio peligro por inundación la nidifación de aves protegidas en la laguna de La Mata, que también ha recibido un importante aporte de agua dulce, aunque las precipitaciones en esa laguna fueron algo menores -en torno a 140 litros por metro cuadrado-. La salinera tampoco puede utilizar el canal del Acequión, que desemboca en la bahía de Torrevieja, para realizar esta operación de desagüe porque ya ha sido desautorizada en episodios de lluvias torrenciales. En este caso, por parte del Ministerio de Medio Ambiente que considera que el contenido en sal del agua que llegaría al mar -en torno a 80 gramos por litro, cuando el mar tiene menos de la mitad- podría afectar a la valiosa y protegida pradera de posidonia oceánica -vital para el hábitat acuático de las costas de Torrevieja-. Tanto la laguna de Torrevieja como la de La Mata están conectadas al mar porque requieren de aportes de agua de mar marina para impulsar el proceso de producción de sal. Tradicionalmente también se han utilizado para evacuar agua sobrante, aunque las restricciones ambientales lo hacen imposible en las últimas décadas por su elevado impacto ambiental. La empresa salinera ha recordado que la prohibición puede poner en peligro la producción desde el próximo mes de agosto, mientras que la Generalitat advierte que elevar el nivel del agua supondría una grave riesgo para el hábitat de la avifauna de La Mata.
A la izquierda, la habitual tonalidad en rosa de la laguna de Torrevieja. A la derecha, cambio de color tras las lluvias. D. PAMIES
Más preparadas
Las instalaciones del complejo industrial se han visto en esta ocasión menos afectadas que durante los episodios de lluvias torrenciales de finales de 2016 y principios de 2017, que también anegaron caminos y maquinaria. En aquella ocasión el nivel del agua en las 1.400 hectáreas de la laguna de Torrevieja subió medio metro. Aquella experiencia sirvió para elevar la cota de esas instalaciones. El extraoridnario aporte de agua dulce ha modificado hasta la característica tonalidad rosa de la laguna, tal y como se puede observar en una imagen captada antes y días después de por el satélite Sentinel 2. Las salinas cuentan con una mota de protección contra las avenidas de agua de la rambla de la Fayona. Sin embargo, el caudal también llegó desde la «rambla urbana» de Las Torretas.
La NCAST recupera la cifra de las 600.000 toneladas anuales
La NCAST cerrará el ejercicio 2018/2019 recuperando su nivel estándar de producción de 600.000 toneladas anuales -el ejercicio se computa de agosto a agosto-. Es una de las mayores «cosechas» de sal marina de Europa. Un nivel que no alcanzaba desde 2015, antes del anterior episodio de gota fría que rebajó esa cifra a 300.000 toneladas. El impacto de las lluvias de Semana Santa en la producción de los próximos meses es todavía una incógnita.
