La agrupación popular de Orihuela es, sin duda, una de las mayores del país en número de afiliados. La capital de la Vega Baja ha sido, tradicionalmente, un granero de votos del PP y en una ciudad con poco más de 80.000 habitantes contar con una afiliación superior a las 7.000 personas es un hecho insólito. Hablamos de que, aproximadamente, el 10% de la población militaría en el PP. Pero esa realidad guarda otra cara, la de los afiliados reales, aquellos que pagan su cuota religiosamente; y aquí la situación cambia drásticamente. Apenas algo más de 1.000 estarían al corriente del pago de los 20 euros de cuota. Así se evidenció claramente en los comicios que el PP celebró para elegir presidente local del partido, donde la dirección nacional impuso que solo los que hubieran pagado la cuota anual, entonces la de 2017, podían votar. Y, claro, solo tuvieron derecho poco más de 1.000, y eso que muchos fueron a pagar, precisamente, para poder votar en unas elecciones que ganó Dámaso Aparicio (que salió elegido con 464 votos).

Por otro lado, están aquellos que ni siquiera saben si están o no afiliados al Partido Popular de Orihuela. Un hecho que parece de broma, pero que no lo es, porque en tiempos de José Manuel Medina y, sobre todo, de Mónica Lorente, hubo afiliaciones como churros, hasta de 12.000 se llegó a hablar hace unos años. La última «víctima» del «no sé si soy afiliado o no al PP» es Alicia Álvarez. El PSOE la presentó como número 5 de la lista electoral a las elecciones del próximo 25 de mayo (en un puesto de salida) y en 24 horas la tuvo que «borrar» tras publicar este diario que hizo campaña por Emilio Bascuñana (PP) en los anteriores comicios locales y que estuvo afiliada al PP, como señalaron fuentes populares, algo que ahora ha podido demostrar que nunca lo fue. Pero es que ni siquiera ella sabía si era militante o no del Partido Popular oriolano y así lo demuestra el hecho de que una semana antes de que fuera presentada en la lista del PSOE envió un escrito al departamento de afiliaciones del PP para solicitar su baja «por si en algún momento hubiera existido alguna relación con la formación política de la que no tuviera constancia» (sic).

Dudas

Aunque ha negado a este medio haber firmado un papel o escrito para darse de alta en el PP, reconoce que dudó de si era afiliada popular «porque así me lo llegaron a decir personas del PP cuando tomé la decisión de aceptar la propuesta de Carolina Gracia para formar parte de la candidatura del PSOE». Tras insistir, hace unos días Álvarez recibía un escueto escrito por correo electrónico remitido por el departamento de afiliaciones del PP en Madrid en el que le comunican que, tras hacer las comprobaciones oportunas, «no consta ni ha constado como afiliada en nuestros archivos de Ficheros Nacional». Al menos en la dirección nacional del partido no aparece que se haya dado de alta nunca.

Álvarez asegura encontrarse «destrozada» tras la situación derivada por su vinculación política con los populares que, asegura, «solo fueron dos mítines en Arneva y el Rabaloche, una comida de convivencia y un acto» con el que fuera presidente del Gobierno de España y por aquel entonces también del PP, Mariano Rajoy, con quien no dudó en fotografiarse, como publicó este diario. También lo hizo con un «photocall» de un enorme carné del PP de Orihuela, acompañada entonces por miembros de Nuevas Generaciones. «Yo me he hecho fotos con líderes de todos los partidos como Patxi López del PSOE o Toni Cantó de Ciudadanos y nunca fui activa en Nuevas Generaciones y creía en el proyecto político del PSOE para Orihuela, al que quería aportar mucho, porque yo en política creo en las personas más allá de las ideologías», señaló ayer.

«Traicionada»

Alicia Álvarez, tras recibir el correo de Génova que le ha confirmado lo que defendía, que no se afilió al PP ni pagó cuotas a este partido, cargó las tintas contra la portavoz socialista y candidata del PSOE de Orihuela, Carolina Gracia, por no creerla. «Fue ella la que me buscó una semana antes de presentar la lista en una asamblea donde fui la que más votos recibió», explicó, «y cuando se publicó lo mío ni siquiera me dejó hablar, ni que pudiera explicar la situación a la ejecutiva, incluso me dijo que mejor que no hablara ni con la prensa», aseguró. «Me siento engañada, ninguneada, estafada y traicionada por Carolina Gracia, que nunca quiso que se aclarara el asunto, por mucho que se lo pedí», lamenta.

«Carolina Gracia no confió en mí cuando le dije que no era militante del PP y que lo iba a demostrar», cuenta una mujer que dice no volver a querer saber nada de la política y que dudó de haber sido afiliada a un partido sin ella saberlo.