Aunque ayer remitió el temporal que los últimos días ha causado estragos en la Vega Baja, pocos fueron los que se atrevieron a pasar el Lunes de Pascua al descubierto, una tradición muy arraigada en la comarca. El día de la mona fue el más atípico que se recuerda. Los dos lugares más emblemáticos, que suelen llenarse ese día, el paraje municipal de Lo Albentosa en Torrevieja y la pinada de Guardamar del Segura presentaban ayer un aspecto insólito para esa fecha. Si bien la lluvia respetó, tras más de 24 horas seguidas de precipitaciones, la nubosidad y el temor de que cayera más agua, unido a lo mojado que se encuentra todo el mobiliario, como merenderos, hizo que las familias buscaran alternativas. A pesar de ello, en Lo Albentosa, unas 200 personas decidieron poner buena cara al mal tiempo y celebrar el día de la mona en este lugar.

El Ayuntamiento de Torrevieja, por los episodios de lluvias intensas, decidió pedir este fin de semana a las personas que se encontraban acampadas en el paraje de Lo Albentosa que lo desalojaran, por el riesgo que había. A pesar de ello, algunas familias decidieron, bajo su responsabilidad, permanecer acampados. Ayer comentaban que «muchos dejaron hasta sus tiendas de campaña aquí para pasar a recogerlas otro día, se marcharon corriendo, y los que hemos quedado nos iremos nada más comer porque el día está muy desapacible». El Consistorio había atendido más de 1.450 solicitudes de acampada en este paraje municipal, junto al parque natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, un paisaje idílico rodeado de pinos. Sin embargo, el temporal dejó a este lugar casi desierto, y solo 200 «valientes» ayer decidieron comer la mona con chocolate, como manda la tradición.

A resguardo

Eso sí, en lugar de instalar las mesas de picnic al aire libre, todos lo hicieron a resguardo «por si vuelve la lluvia de repente». Las mesas de camping fueron sustituidas por el interior de las tiendas de campaña o por pérgolas, carpas o algo menos sofisticado, pero muy eficaz, como son lonas para evitar que la lluvia arruinara la comida familiar en un entorno lleno de grandes charcos. No faltaron las paellas y otros guisos esta vez de cuchara que entraban mejor con lo desapacible del día. Chubasqueros, jerseys y chaquetas fueron los estilismos de este año, cuando normalmente las mangas cortas y hasta los bañadores son los protagonistas en esta jornada. Por supuesto, de postre mona con chocolate, eso no cambió, aunque algunos cambiaron las tabletas por cacao bien caliente.

La mayoría de las familias que ayer se acercaron a Lo Albentosa eran de Torrevieja, cuando habitualmente familias de toda la comarca llenan este paraje en un Lunes de Pascua. No tardaron mucho en abandonar la zona. Nada más comer, la mayoría tenía previsto marcharse a terminar el día en sus casas o dando una vuelta por los centros comerciales.

Otro de los lugares donde cada lunes de mona es casi imposible encontrar un hueco libre es la pinada de Guardamar del Segura. Ayer se quedó vacía. La amenaza de más lluvia hizo desistir a quienes son habituales en la comida y la merienda del Lunes de Pascua. Tampoco las playas recibieron visitas, más allá de algunos que decidieron dar un paseo y ver el espectáculo de las olas. Pero a comer... a casa.

En el resto de la comarca fue también un atípico día de la mona. Los parajes naturales no recibieron las visitas de grandes y pequeños para pasar un día de campo, como suele ocurrir en Benejúzar o en Rojales. Habrá que esperar al año que viene para que la mona solo esté «pasada» por chocolate y no por agua.