La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) instalará rejillas en el punto de entronque de los azarbes con los cauces para evitar que los plásticos que se acumulan acaben en el cauce del río. Los residuos sólidos flotantes se han convertido en un problema de gran magnitud en la parte final del Segura, en el tramo que discurre por la Vega Baja. Los plásticos, sobre todo botellas, llegan hasta el cauce a través de los canales de riego, algo que se pretende evitar ahora. El presidente de la CHS, Mario Urrea, anunció ayer la medida en la reunión que mantuvo con el alcalde de Dolores, Joaquín Hernández, y con los regantes del Sindicato General de Aguas del municipio para tratar el problema de contaminación en el río Segura.

Ante la situación constatada de aportes en continuo, que finalmente quedan recogidos en la barrera situada en Guardamar del Segura, el presidente de la CHS les informó de la ejecución de las obras de colocación de rejillas en los azarbes que permitirán realizar una retención sectorizada. Desde la Confederación, no obstante, se pidió la colaboración de las comunidades de regantes y de los distintos ayuntamientos para acabar con este problema medioambiental. Así, la CHS se ocupará de la colocación de las rejillas pero serán las comunidades de regantes quienes deberán llevar a cabo la limpieza del sistema y la colocación de dichos residuos plásticos que quedan retenidos en los contenedores que deberán suministrar los distintos servicios municipales implicados. Finalmente deberán retirarse los mismos para su valorización. Ambas administraciones, así como los regantes, se comprometieron ayer a trabajar de manera coordinada para que la citada actuación posibilite paliar la situación que afecta recurrentemente a la Vega Baja y así lo deberán hacer el resto de regantes y ayuntamientos de la comarca por donde discurre el cauce del Segura.

Hace unas semanas se retiraron cerca de 10 toneladas de basura, la mayoría residuos plásticos, de uno de los principales azarbes de la huerta tradicional de la Vega Baja gracias a la colaboración de voluntarios que, periódicamente, acuden a la limpieza del cauce. En Guardamar del Segura la pantalla de retención de residuos flotantes no da a basto. Hace un mes la CHS recogió 20 toneladas de residuos en la desembocadura tras las denuncias ecologistas, pero el plástico sigue siendo una amenaza.