Las 23 palmeras canarias (Phoenix Canariensis) de la plaza de Santa Lucía han muerto. Han caído fulminadas por el picudo. El área de Infraestructuras del Ayuntamiento de Orihuela, dirigida por Juan Ignacio López-Bas, comienza hoy a retirar los troncos y los tocones. Hace ya siete años se detectó la primera palmera afectada por la plaga letal. Tras intentar frenar su extensión con distintos tratamientos en el último año y medio, han terminado de sucumbir todas, incluidas las plantadas en 2014 para sustituir a las retiradas. Las palmas que asoman en el último ejemplar que no está desmochado, junto al acceso al Palacio de Justicia, son engañosas. También está enferma y será talada.

La reciente poda de las moreras del interior de la plaza y el bosque de troncos pelados en el que se había convertido el resto daba un aspecto desolador a este espacio de acceso al casco histórico de Orihuela. A partir de hoy, explicó el concejal a preguntas de INFORMACIÓN, se van a quitar los troncos de las que se han secado más recientemente y los tocones de las que ya se talaron con anterioridad. La previsión municipal es mantener todas las moreras del anillo interior y renovar la vegetación del anillo exterior para llenar el hueco que dejan las palmeras.

Esta actuación tiene un presupuesto de 6.922 euros, según las mismas fuentes. Se van a plantar arbustos (Solanum Rantonetti y Callistemon Viminalis) y eliminar los alcorques y distintos elementos que hay en la plaza para «dejarla lo más diáfana posible, reponiendo el albero», según explicó el concejal ayer. La fisonomía de la plaza no puede modificarse porque está sujeta a las limitaciones de preservación del patrimonio del plan especial del casco histórico, de ahí que no se pueda pavimentar la solera. Recientemente se ha renovado toda la iluminación colocando farolas con iluminación led. También está previsto pintar toda la plaza para mejorar su aspecto y se mantienen las palmeras washingtonias que hay en la acera, a la entrada de la plaza (frente al Horno del Obispo). Todas estas actuaciones forman parte de los trabajos de renovación de esta zona, muy cercana al Museo de la Semana Santa desde donde parten casi todas las procesiones, de cara a ese periodo de actos religiosos. El primer anuncio de que se realizaría esta tala radical por parte de la concejalía se hizo en septiembre de 2018. Cada año, desde hace siete, se han estado tratando y fumigando las palmeras sin que hayan resultado efectivos los tratamientos.

En mayo de 2014 se eliminaron y sustituyeron seis palmeras Phoenix Canariensis que se encontraban afectadas por la plaga del picudo rojo y se cambiaron por otras nuevas de menor porte y la plantación de distintos tipos de arbustos en parterres. La intervención contra el picudo no está unificada en Orihuela -o por los menos no lo ha estado durante buena parte del actual mandato-. Mientras que Infraestructuras se encarga de intentar mantener a raya la plaga en las zonas verdes, Medio Ambiente hace lo propio con los más de 4.500 ejemplares de palmera datilera del palmeral protegido de San Antón, de los 8.000 con los que cuenta este espacio protegido.

Valoración de Cambiemos

Cambiemos ha hecho hoy una reflexión sobre la gestión y protección de las palmeras de Orihuela además de aportar una imagen sobre el estado de la plaza de Santa Lucía actualmente y el de hace unos años. Para la formación "la protección del arbolado, y especialmente "de nuestras palmeras", es un reto fundamental para Orihuela. "No sólo por una cuestión simbólica, paisajística o identitaria (duele ese cambio de paisaje). Proteger nuestro arbolado, es también parte de la lucha contra la contaminación y el cambio climático, una fuente de creación de empleo, y una transición hacia un ecosistema urbano más habitables y sostenible", señala la formación.

"No sería justo, ni honesto, hacer oposición facilona con este tema, ni decir que "todo" es culpa del actual gobierno. Pero es evidente que en esta legislatura no se han diseñado, ni ejecutado, políticas de protección del patrimonio natural -histórico también en el caso de muchas de nuestras palmeras y arbolado- ni se ha establecido estrategia, ni táctica, ni nada, de prevención eficiente contra la plaga del picudo rojo. Una vez más se ha recurrido a la improvisación e incluso al desmán con tratamientos y aplicaciones irracionales, e incluso, y probablemente, irregulares", según las mismas fuenetes.

De hecho, desde Cambiemos Orihuela, denunciamos "el año pasado que uno de los últimos contratos adjudicados para el Palmeral ofrece un tratamiento deficitario e inadecuado contra el picudo rojo. También hemos hecho propuestas constructivas al Pleno para la reforestación del municipio con flora autóctona, o la catalogación y protección de árboles monumentales, propuestas sistemáticamente ignoradas".

Necesitamos un abordaje integral coordinado, y sobre todo ambicioso (también en términos de inversión económica) para que Orihuela pueda volver a recitar orgullosa los versos de Miguel Hernández: «...alto soy de mira a las Palmeras», han subrayado.