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Acuamed cifra en un máximo de 30 millones el coste energético anual de la desalinizadora de Torrevieja

El Gobierno incluye la estimación en el concurso multimillonario para dotar de energía a la planta en 2020. Ese consumo se produciría en un escenario con una demanda de 80 hm3 y un cierre del Tajo

Imagen de la nave en la sección de la desalinizadora en la que se produce el proceso de ósmosis inversa de «filtrado» del agua del mar. Tony Sevilla

¿Cuál sería la factura energética de la planta desalinizadora más grande de Europa a pleno rendimiento? Unos 30 millones de euros anuales, impuestos incluidos, según confirma Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed). Treinta millones con la desalinizadora en producción al máximo de su capacidad. Es la estimación que esta sociedad estatal refleja en el contrato multimillonario en tramitación para el suministro de energía en 2020, autorizado por el Gobierno a principios de febrero pasado para todas las instalaciones que gestiona. 129 millones de euros anuales para las desalinizadoras distribuidas a lo largo de la costa mediterránea -Águilas, Carboneras, o Valdelentisco, las más importantes-, con opción a una prórroga en 2021. Acuamed matiza que el importe del gasto total en Torrevieja dependerá de los precios de adjudicación y del volumen que finalmente produzca la planta, aunque confirma que la estimación por el máximo de demanda se situaría en esos 30 millones.

Solo Torrevieja acapara el 23% consumo total previsto en los pliegos en este procedimiento multimillonario. El mayor porcentaje del total de la red de infraestructuras.

Una factura eléctrica máxima que solo se produciría en un escenario de cierre del Trasvase Tajo-Segura como el que se produjo desde mayo de 2017 hasta marzo de 2018, y si se añade la nueva capacidad de la planta de Torrevieja de doblar la generación de agua desalinizada del mar hasta los 80 hectómetros anuales desde el pasado verano, tras completarse la obra del nuevo tendido de alta tensión y subestación eléctrica.

Hasta ese momento y desde comenzó a estar operativa la instalación en 2014, el récord de producción ha sido de 44,4 hectómetros en 2017 -ejercicio en el que estuvo cerrado el Tajo-Segura buena parte del año- y la demanda, al margen del rechazo que generaba en el sector agrícola, se disparó.

El 70% del total de esa producción la reclamó las comunidades del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), que además recibía el agua subvencionada por el Gobierno gracias al decreto de sequía a 0,30 euros el metro cúbico. El 30% restante, sobre todo al final de ese periodo de sequía y con prioridad frente a los cultivos, se derivó al consumo de agua urbano que distribuye la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT).

El proyecto de la planta de 2006 señalaba que el agua se iba a producir a un coste de 0,58 euros por metro cúbico. La concesionaria responsable de operar la infraestructura, Acciona, mantiene que con una producción anual de 44 hectómetros logró rebajar ese precio hasta los 0,47 euros/m3. Y que se reduciría hasta los 0,40 en caso de dotar la demanda máxima de 80 hectómetros. Desde el punto de vista del sector agrícola sigue siendo una oferta muy poco atractiva. De ahí que el SCRATS cuando reclamó agua de la desalinizadora en 2017 solo la aceptara subvencionada por el erario a 0,30 euros el metro cúbico.

La obra civil de la planta, que comenzó en 2007 costó 215 millones de euros y la concesión de la explotación otros 80. La Unión Europea subvencionó 50 millones. Todo dinero público que sufragan los contribuyentes. Durante ese ejercicio de 2017 la planta de Torrevieja consumió 147 GWh de energía. En todas sus instalaciones Acuamed invirtió 57 millones de euros en consumo energético.

Un recurso «estratégico» durante la sequía de 2017 que evitó restricciones urbanas sin aportes del Trasvase

La desalinización se ha convertido en un «recurso estratégico durante situaciones de sequía y, de suma importancia para lograr unos territorios» más preparados al cambio climático, según un estudio del investigador Álvaro Morote, recogido en la última edición de la revista de Investigaciones Geográficas de la Universidad de Alicante. Este trabajo sobre la evolución de la desalinización en la Cuenca del Segura destaca que «la capacidad de desalinización instalada» debería ser «una herramienta de respuesta rápida, para permitir incrementar en poco tiempo el agua generada para atender las necesidades estratégicas» lo que requeriría que «la capacidad instalada funcionará en periodos de no sequía a un nivel alto pero no máximo,de forma que durante situaciones de escasez se pudiera activar la capacidad máxima». En sus conclusiones este geógrafo subraya remarca una idea bastante impopular: «Cabe ser críticos y objetivos y cambiar la percepción en torno a la dependencia exclusiva de las transferencias del Acueducto Tajo-Segura en el sureste peninsular y pensar en un nuevo enfoque e integrar todos lo recursos hídricos disponibles (dependiendo de coyunturas pluviométricas)». Para el profesor de la Universitat de València el Tajo «debería considerarse como una fuente más». Y subraya: «Será un recurso no disponible coincidiendo con años de sequía en la cabecera del Tajo. Ya se ha constado que sin el funcionamiento del Trasvase no se han producido restricciones. Sin embargo, en la cuenca del Segura se sigue defendiendo y considerando indispensable esta infraestructura que no genera otra cosa más que escasez».

Hasta 120 hectómetros

Acuamed ya trabaja en ampliar todavía más la capacidad de la planta de Torrevieja. De los 80 hectómetros anuales a 120. Cuenta con un presupuesto de medio millón de euros para la redacción del proyecto, lo que da una entidad de la inversión prevista en la ampliación posterior.

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