El escritor Jorge Volpi, en su obra Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción, explica que la ficción ensancha nuestra idea de nosotros mismos, hasta el punto de que, en algunos casos, puede configurar nuestra propia personalidad.

Esto mismo debe creer, aunque desconozca el libro y al autor, el intachable Eduardo Dolón, capaz de soltar una rueda de prensa iracunda contra el policía que suscribe estas líneas, utilizando una batería de falacias, tan fuera de la realidad, que indican su nivel humano, personal y político.

En 2014 puse en conocimiento de la Fiscalía, unas irregularidades que afectaban a la Discoteca Vela Beach, mi denuncia era veraz, contrastada y cierta, como lo demuestra toda la instrucción, las imputaciones y detenciones a las que procedió la Comandancia de Alicante y que la Generalitat clausurara ese establecimiento, al año siguiente, por graves deficiencias. Esa discoteca cerró y nunca más ha abierto.

Le recuerdo al intachable Eduardo Dolón que en el año 2014, cuanto presenté la denuncia, no conocía a Fanny Serrano y que es de decencia no intentar enmerdar los problemas propios con las relaciones familiares. Jamás se me ocurriría mentar a su familia con el único objetivo de sacar provecho espurio de la política.

Le recuerdo que su contribución «desde el primer segundo he colaborado con la justicia», se ha limitado a no querer declarar como imputado, y acompañado de su abogado, ante la Guardia Civil por un supuesto delito de prevaricación. Una colaboración un tanto ficticia.

Dice que mi denuncia es falsa y de carácter político, le recuerdo que si la denuncia fuese falsa hubiese estado imputado yo y no usted, lo recoge el Código Penal.

Pero no sólo es que como policía estoy obligado a denunciar las irregularidades que observo -igual usted no quiere que la policía haga su trabajo- sino que, además, vuelve a mentir cuando afirma que la denuncia trata de poner en duda su honestidad y su honorabilidad. En ningún momento, le nombro en esa denuncia penal y es el propio devenir de la instrucción y la Policía Judicial quienes deciden tomarle manifestación como imputado.

Su honestidad y honorabilidad se pierde cuando practica la posverdad con demasiada facilidad, no porque un policía local denuncie -como es su obligación- unos hechos irregularidades, que le recuerdo, llevaban por la calle de la amargura a los vecinos de la zona, algunos tuvieron que vender su vivienda y otros continúan todavía en tratamiento psicológico.

Debiera usted pedir perdón a esos vecinos que sufrieron sin merecerlo y buscar las razones por las que una discoteca hiperconocida abrió con una licencia de actividad irregular y con graves deficiencias que ponían en peligro la seguridad de las personas, en vez de perder su tiempo, y hacérmelo perder a mí, lanzando una sarta de mentiras que sólo benefician a su ombligo.