n Los vecinos del barrio de Capuchinos llevaban dos años reclamando una solución al corte de la calle Encarnación Vilella Pina. No solo por el impedimento de tránsito para vehículos, también porque la zona vallada se había convertido en insalubre. Además de los escombros, se acumulaban allí bolsas de basura y otros residuos, de los que solían dar cuenta las gallinas y pollos que pasean libremente por la ladera de la sierra. Esta situación de insalubridad también estaba atrayendo insectos no deseados y roedores.

Uno de los laterales del vallado se encontraba abierto, sin ningún tipo de seguridad, y cualquier persona podía acceder dentro, lo que suponía un serio riesgo añadido, ya que algunos elementos de la fachada no eran estables y corrían el riesgo de desprenderse. De hecho, a lo largo de estos dos años se han venido abajo algunos de ellos. Tras los trabajos de recogida de escombros y adecentamiento de la fachada, se reabrirá la vía a la circulación de vehículos.