El Ayuntamiento de Orihuela ha iniciado los trabajos de reparación de la fachada del edificio de la calle Encarnación Vilella Pina del barrio de Capuchinos que hace dos años se derrumbó tras unas fuertes lluvias. El derrumbe obligó a cortar la vía. El Consistorio valló la zona y así ha estado dos años, a la espera de que los propietarios asumieran el coste del arreglo de la pared caída, al ser una propiedad privada. Ante la inacción de los propietarios, la Concejalía de Urbanismo ha decidido asumir los trabajos con carácter subsidiario, lo que conlleva un desembolso de 20.718 euros.

Como ocurre en el caso de los solares que no están convenientemente adecentados, el Consistorio puede asumir la limpieza o arreglo de parcelas o edificios privados y después pasar la factura a sus propietarios. Algo que va a hacer en este caso. El problema es que en este edificio la mayoría de personas que viven en han ocupado las viviendas.

El concejal de Urbanismo, Rafael Almagro, justificó ayer que el Ayuntamiento haya decidido actuar por el bloqueo de la vía pública durante dos años, lo que ha impedido la circulación de vehículos por la zona, obligando a dar un rodeo importante a los vecinos para ir de un lado a otro de la calle Encarnación Vilella Pina, que se encuentra en la ladera de la Sierra de San Miguel. «Nos hemos visto obligados a actuar lo antes posible, en aras del interés general, para llevar a cabo estas obras valoradas en más de 20.000 euros, importe que se reclamará, posteriormente, a los propietarios», indicó Almagro.

El edil de Urbanismo es consciente de la dificultad de reclamar el importe a una comunidad de vecinos donde la gran mayoría son okupas, muchas familias con escasos recursos que hace tiempo entraron en esas viviendas. Sin embargo, los verdaderos propietarios de la mayoría de viviendas son los bancos, que han ido ejecutando desahucios. Así que el Ayuntamiento tratará de que sean las entidades bancarias propietarias de las viviendas del edificio quienes, finalmente, se hagan cargo de la factura del arreglo de la fachada y el acondicionamiento de la calle cerrada. Un proceso que se antoja largo.

Los trabajos de reparación se prolongarán durante, aproximadamente, tres semanas. Ayer, una máquina retroexcavadora retiraba los escombros que se acumulaban allí desde que la fachada se vino abajo, dejando al descubierto los ladrillos del edificio. También, otra máquina, se dedicó a principios de semana de retirar los elementos que no se vinieron abajo pero que estorbaban para el arreglo de la fachada, De esta manera, una vez finalicen estos primeros trabajos, se llevará a cabo el arreglo de la cara de la pared del edificio que da a la ladera de la sierra.

Emergencia

La calle está cortada desde que se produjeron los desprendimientos en la fachada. Un pequeño pasillo da acceso a los peatones, aunque suele estar repleto de basura o enseres que personas incívicas dejan allí abandonados. Los vecinos llevan tiempo advirtiendo de que el corte de la calle podía provocar serios problemas en el caso de que ocurriera una emergencia ya que por ahí no pueden pasar los vehículos de bomberos o las ambulancias. Los cables, además, cuelgan de la fachada hasta casi tocar el suelo, lo que supone un riesgo añadido. No está en mejor situación la ladera de la sierra. La basura es la protagonista de un espacio que debería estar libre de ella. El problema, y grave, podría llegar en caso de lluvias torrenciales porque todos esos residuos y escombros caerían ladera abajo.

Es la situación de un barrio degradado el de Capuchinos y el Rabaloche, que fuera germen de la ciudad, y donde sus vecinos aseguran sentirse «asustados» sobre todo por las noches cuando llegan a sus casas por el incremento de la delincuencia y el consumo de drogas en la zona. Algunos pisos tienen las persianas destrozadas. Son los que están ocupados por quienes le pegan la patada a la puerta y se meten dentro. La barriada se encuentra a escasos metros del casco histórico de Orihuela y sufre la degradación más absoluta.