El cañón que presidió durante 25 años la céntrica plaza del Carmen, que incluso fue rebautizada popularmente como «la del cañón», es uno de los elementos patrimoniales que están arrumbados en un almacén municipal, sin ningún cuidado, al aire libre y oxidándose. Fue durante años uno de los lugares favoritos de los niños oriolanos, que no dudaban en subirse a él como si de un juego de un parque infantil se tratara -como se puede ver en la foto que acompaña a estas líneas, durante una protesta vecinal en la plaza-.
El cañón fue regalado al Ayuntamiento de Orihuela por el que fuera Caballero Cubierto, Victoriano Gilabert Roca, con motivo de su reconocimiento para ese cargo en 1983. Se buscó entonces un lugar adecuado para tan imponente regalo y se decidió ubicarlo en un histórico entorno, uno de los más idóneos para esta pieza de artillería. Allí estuvo, junto al Palacio del Marqués de Arneva, sede del Ayuntamiento, hasta la remodelación de la plaza del Carmen en el año 2008, cambiado por las fuentes que hoy son parte de su paisaje.
Se dijo entonces desde el Consistorio, con la popular Mónica Lorente como alcaldesa, que se le daría acomodo, pero no se explicó dónde. Poco después se supo que estaba esperando ese acomodo en un almacén municipal, donde a día de hoy sigue a la espera de tener su espacio en Orihuela.
