El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (PP), tiene una cada vez más complicada situación política. Al encargo de una encuesta sobre su gestión pagada con fondos del grupo municipal del PP sin consultarlo con el resto de ediles, como desveló este diario, se unen ahora las novedades a su otro frente, el de que estuvo seis años (2007 a 2014) sin acudir a su puesto de trabajo como personal sanitario, pero cobrando más de 50.000 euros brutos al año del Departamento de Salud, como así lo indican varios informes, algo que niega Bascuñana que argumenta que realizó tareas de asesoramiento y que, incluso, pasó consulta en algún centro de salud de la Vega Baja durante esos años para cubrir la baja de otros médicos. La investigación de la alta inspección sanitaria, encargada por la propia Conselleria de Sanidad, está a punto de concluir.
De las conclusiones de ese informe dependerá que este turbio asunto acabe en los juzgados, ya que la conselleria no puede adoptar ningún tipo de sanción administrativa de su extrabajador, si se demuestra finalmente que cobró de la administración pública sin trabajar, ya que su responsabilidad administrativa habría prescrito, tal y como adelantó ayer la consellera de Sanidad, Ana Barceló, a INFORMACIÓN. «De acuerdo a los datos que tenemos la parte administrativa ha prescrito, no así si tiene otras responsabilidades que ya no corresponden a la conselleria», dijo Barceló.
No obstante, la intención de la Conselleria de Sanidad es llegar hasta las últimas consecuencias y, por ello, pondrá en manos de la Justicia todos los informes que tiene en su poder, que señalan que no consta que Emilio Bascuñana acudiera a trabajar como personal adscrito a la dirección territorial de Sanidad en Alicante entre los años 2007 y 2014, coincidiendo, precisamente, con su etapa como presidente provincial de Cruz Roja, puesto que no estaba remunerado.
Ana Barceló, desveló ayer, a preguntas de INFORMACIÓN, que «está prácticamente concluido» el informe sobre la actividad profesional de Bascuñana, como médico, durante esos seis años, por parte de la alta inspección sanitaria, de la que dijo «tiene una independencia absoluta». Para Barceló «esperaremos a esas conclusiones y será la propia alta inspección de Sanidad la que señale si se debe poner en conocimiento de la autoridad judicial el resultado de la investigación». La consellera constató que los informes hasta ahora hechos señalan que Emilio Bascuñana no acudió a su puesto de trabajo. «Efectivamente, este señor no trabajó en ningún centro de salud y estuvo percibiendo su salario del Departamento de Salud y ahora corresponderán a otras instancias intervenir por si hubiera otro tipo de responsabilidades, en este caso penales», explicó Barceló quien añadió que «no seré yo quien diga qué tipo de delitos ha podido, presuntamente, haber cometido, eso es algo que deberá decir la autoridad judicial, si finalmente se le da traslado de este asunto».
Informes
Los últimos informes encargados por la Conselleria de Sanidad, que se han hecho públicos, concretan que hubo varias prórrogas para su adscripción funcional al centro de salud de Almoradí así como a la dirección territorial de Sanidad desde 2007 a 2014, como así indica el actual gerente del Departamento de Salud de Orihuela, Miguel Fayos. Sin embargo, la dirección territorial expone en sus informes que «no consta en los archivos correspondientes ninguna adscripción funcional inicial, ni descripción de tareas asignadas a esa hipotética adscripción funcional».
Asimismo, la jefa de personal certifica que no aparece ningún documento relativo a esa adscripción de 2007 a 2014 y añade que los funcionarios no le vieron aparecer por allí ni que tuviera despacho. El 1 de noviembre de 2007 fue adscrito a la Dirección Territorial de Alicante para realizar tareas de asesoramiento relacionadas con drogas y conductas adictivas, según explicó el propio Emilio Bascuñana tras destaparse el escándalo. Y en abril de 2013 pasó a coordinar el Centro de Salud de Almoradí.
Los papeles comprometen al candidato de Génova para la Alcaldía, ya que Bascuñana es el hombre fuerte del líder nacional del PP, Pablo Casado. El regidor oriolano se posicionó con Casado frente a la candidatura de Soraya Saenz de Santamaría y aprovechó así la cercanía con quien luego salió elegido presidente del partido para salvar su puesto, ya que la dirección regional -con Isabel Bonig de número uno y la oriolana Eva Ortiz como número dos- apuestan por otro candidato. Es esta pugna interna la que mantiene todavía en suspenso la elección del alcaldable del PP en Orihuela.
