Cientos de romeros dieron calor ayer a Santa Águeda, en una jornada espléndida que amaneció fría en Catral y en el que la imagen recorre de regreso la distancia que separa la iglesia de su ermita, de donde salió el lunes por la noche para este periplo singular.

La dulçaina y la banda de música abren la comitiva y muchas mujeres llevan trajes típicos. Un kilómetro de distancia jalonado de puestos de venta de todo tipo y donde el turrón de novia y el de los maestros artesanos del turrón de Xixona se dan la mano en las casetas, en una tradición ancestral que se repite en muchos lugares de la provincia pasado Reyes, y que encuentra en la devoción a la imagen un buen momento para, a mejor precio que nunca, disfrutar de las últimas pastillas del dulce postre navideño que muchos los romeros compran mientras siguen a la talla.

Los besos a los pies de la imagen, las decenas de figuras de cera (exvotos) en agradecimiento o en petición colocadaspor los creyentes, recuerdan a la mártir a la que cortaron los pechos. Y a la que solicitan su cobijo para no sufrir o recuperarse de enfermedades.