Hoy 17 de enero tendrá lugar la celebración del día de la Policía Local de Torrevieja. Ya no se celebra el patrón, los Santos Ángeles Custodios, en octubre. Tampoco el aniversario de la creación de este cuerpo, en mayo. Ahora celebramos que hace casi doscientos años se constituyeron las milicias urbanas. Efectivamente, otra "mingada". Otra ocurrencia del director general de proyectos pilotos. Debe ser en honor a su pasado militar.

Ningún acto de esta celebración tendrá lugar ya en las dependencias de la policía local. El alcalde se ahorrará el viaje. Se escenificará su cada vez más evidente distanciamiento de los policías "de a pie". Siempre le quedarán los "agradaores" que visitan con frecuencia su despacho para lavarle el cerebro y hacerle ver lo mucho que trabajan para que esto funcione mientras los demás sólo saben quejarse. El mundo al revés.

Pero lo fundamental no son las fechas o los lugares. Que el árbol no nos tape el bosque. Lo verdaderamente resaltable será el ambiente que se respire. Se ha perdido la ilusión. Nos la han quitado. "No estamos para fiestas. ¿Qué quieren celebrar?". Frases que se repiten entre los miembros de la Policía Local estos días. Así está el patio. Una pena.

Lo que debería ser un día de convivencia y orgullo, junto con nuestras familias, y de reconocimiento, más si cabe desde dentro que hacia afuera, ha degenerado en un acto protocolario impostado al que nadie tiene ganas de ir, y el que menos, según parece, el alcalde.

Los ya consabidos problemas enquistados que vienen padeciendo la mayoría de los trabajadores municipales en todos los departamentos, se ven agravados si cabe en el colectivo de la policía. Cuando parecía que ya habíamos tocado fondo, aún se podía caer un poco más. Condiciones de trabajo indignas, medios materiales precarios, necesidad acuciante de personal, ausencia de una mínima estructura y organización, una jefatura inoperante, unos responsables ineptos. El resultado: deterioro del servicio, caos, desmotivación.

Este sindicato nunca ha dicho a sus afiliados lo que tienen que hacer, si tienen que asistir o no a este u otros actos. Esta decisión, como otras, es personal y totalmente respetable. Pero somos conscientes y compartimos el sentimiento de tremenda desilusión que reina en el seno de esta plantilla. Y eso no lo vamos a callar.

Para los que viven de cara a la galería, de las palabras más que de los hechos, de vender humo, de quedar bien con los de arriba a costa del trabajo de los demás, todo esto les dará igual. Pondrán la mejor de sus sonrisas e incluso brindarán "con vino español" por lo bien que va la policía de Torrevieja. Puede que hasta el alcalde lo haga, allí en los salones del Club Náutico, con las placas conmemorativas de Franco (socio de honor) como testigo. Ya puestos a perder el Norte€