El del Dique de Levante es el paseo más representativo de Torrevieja: por un lado la inmensidad del Mediterráneo, por el otro, el puerto y la fachada marítima de la ciudad. Pero la imagen que presenta actualmente dista mucho de ser la que se querría dar desde el punto de vista turístico. Las vallas y los precintos de Protección Civil, señalizando los agujeros de los tablones de madera, reciben a quienes deciden caminar por el conocido como paseo «volado». Unas vallas azules de plástico que sustituyeron hace unos días a otras viejas de hierro, oxidadas, que aún daban una peor imagen, señalizan los peligrosos tablones que se han roto, o que están tan deteriorados que suponen un serio peligro por el riesgo de tropezones o caídas. Incluso, algunos de los agujeros que hay en los tablones son tan grandes que un adulto, y más un niño, puede introducir una pierna, lo que supondría serios daños al estar el paseo suspendido varios metros del suelo. Y llevan así muchos meses, habiéndose producido ya numerosos tropiezos y caídas.

Los tablones en mal estado de conservación y gastados por el uso se suceden a lo largo de los 1.440 metros de longitud. Según ha podido saber este diario, el Ayuntamiento de Torrevieja, que es responsable del mantenimiento de este paseo, se ha quedado sin tableros de madera con los que sustituir a los que presentan desperfectos. Y cada vez hay un mayor número de tablones a los que les faltan trozos de madera o que se han quedado sin los tornillos que los mantienen sujetos. El equipo de gobierno tiene previsto adquirir más tableros, pero actualmente su compra está paralizada por Intervención, según han señalado fuentes municipales.

Los técnicos del Consistorio llevan años señalando la necesidad de sustituir los tablones de madera por planchas de fibra. En 2013 el personal del Ayuntamiento redactó un anteproyecto en el que contemplaba la posibilidad de sustitución de todo el pavimento de este popular paseo marítimo, que construyó la Generalitat Valenciana en el año 2000. Los técnicos estimaron que sustituir las maderas por planchas de fibra, más seguras, en el casi kilómetro y medio de longitud hasta llegar al faro, sobre 6.200 metros cuadrados, superaría los 1,2 millones de euros. Un coste alto que ni el anterior gobierno ni el actual han asumido.

No obstante, el alcalde, José Manuel Dolón (Los Verdes), anunció en agosto de 2016 que el Consistorio acometería la obra, pero solo de los 200 primeros metros del paseo, los más concurridos, entre la rampa de acceso al paseo en el Hombre del Mar y la primera escalera a la altura del puerto deportivo Marina Salinas. Los tablones que se iban a retirar se pretendía reutilizarlos para realizar tareas de mantenimiento en el resto del paseo «y así se evitaría cerrar éste al público por las obras», dijo entonces el alcalde. Más de dos años después nada se sabe de esto.

La madera sufre mucho el deterioro por la salinidad, humedad y el viento al estar ubicada junto al mar, como sucede también en el paseo marítimo de La Mata, cuyos vecinos y visitantes están «hartos» de tropiezos, caídas y accidentes. Las maderas se sustituyen y en unos meses vuelven a estar levantadas, con agujeros y con los tornillos y clavos quitados. El desgaste del uso intensivo y las condiciones adversas del ambiente marino provocan esta situación en la que se encuentran ambos paseos poniendo en tela de juicio el material empleado en su día para su construcción.

Vistas espectaculares

Cientos de personas pasean a diario por el paseo del Dique de Levante, que se multiplican en periodos vacacionales, para disfrutar de una espectacular vista panorámica del mar y de la ciudad a varios metros de altura del suelo. «El paseo es espectacular, venimos a diario, pero cada vez tenemos más miedo porque hay muchos agujeros y ya tenemos una edad y no queremos tropezar, preferimos ir por el borde que es empedrado», señala un matrimonio de Madrid, residente en Torrevieja.

Un joven «runner» comenta que suele entrenar en el paseo en meses donde hay menos gente, como enero, «y las vallas y cintas afean mucho la espectacularidad de este paseo, que hay pocos como éste en la provincia, y da vértigo ver el suelo desde esos socavones». Torrevieja, en este caso, no ofrece su mejor postal turística en el que es uno de sus paseos más emblemáticos y conocidos.