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San Fulgencio paraliza la construcción de unos chalés al dañar parte de un yacimiento ibérico de hace 2.500 años

El Ayuntamiento estudia abrir un expediente sancionador a la constructora por verter tierra y acumular material dentro de La Escuera

El Ayuntamiento de San Fulgencio ha ordenado la paralización de las obras de construcción de unos chalés junto al yacimiento ibérico de La Escuera (Siglo V-II a.C.) por el daño que estas obras han hecho dentro de la zona protegida. La empresa constructora inició hace unas semanas los trabajos para levantar unas viviendas unifamiliares en una parcela privada que se encuentra pegada al yacimiento, en las estribaciones de la Sierra del Molar, junto a la urbanización La Marina.

Las obras cuentan con todos los permisos, según ha asegurado a INFORMACIÓN el alcalde de la localidad, Manuel Gómez (PP). Sin embargo, tras la denuncia de unos vecinos y de las concejales del Partido Independiente por las Nacionalidades (PIPN), la arqueóloga municipal y los técnicos visitaron la zona y comprobaron que, como se trasladaba en esas quejas, la empresa constructora había roto la valla de protección del yacimiento e, incluso, había vertido grandes cantidades de tierra y escombros dentro del perímetro protegido que también estaba siendo usado por la mercantil como almacén para los materiales de la obra.

Gómez explicó ayer que «el encargado de la obra no le había dicho al de la máquina que tenía que respetar esa zona vallada y al sacar la tierra para los cimientos la abocó toda allí y la rompió». El regidor señaló que el Ayuntamiento está estudiando denunciar a la empresa constructora y abrirle un expediente sancionador una vez que la arqueóloga y los técnicos culminen el informe pertinente sobre los daños ocasionados al yacimiento, perteneciente al Ibérico pleno. La Generalitat Valenciana también tiene conocimiento de los hechos a través de la arqueóloga y del partido PIPN. «Ahora estudiaremos la apertura de un expediente a la empresa constructora por los posibles daños a la zona protegida porque al abocar tierra y escombros, aunque ya los haya retirado, ha podido provocar serios daños, y la rotura de la valla de protección», indicó el regidor sanfulgentino.

El enclave alberga tres yacimientos arqueológicos ricos en restos arquitectónicos y rudimentos empleados por los íberos. El Oral es el más destacado y en él han sido descubiertas ánforas de origen griego y púnico, así como vajillas y objetos de tocador. Se trata de un Bien de Interés Cultural (como zona arqueológica) protegido por la Generalitat Valenciana. El yacimiento tiene una extensión de dos hectáreas y media y solo una mínima parte ha sido excavada. Se sitúa en una ladera a entre 7 y 14 metros sobre el nivel del mar. En su falda, junto a la carretera, es donde se estaban construyendo los chalés de los que ya están levantadas las estructuras de dos de ellos. «Me comunicaron hace un tiempo que se iba a construir un bungalow piloto, pero no había problema porque tienen todos los permisos y pueden hacer lo que tengan que hacer, el problema fue que la pala tocó la valla y la rompió y que toda la tierra para allanar el terreno la tiraron dentro del perímetro protegido del yacimiento», explicó Manuel Gómez.

Informes

El grupo municipal del Partido Independiente por las Nacionalidades (PIPN) registró esta semana un escrito dirigido al regidor en el que le solicitan el acceso de los informes hechos por la arqueóloga municipal para que se pueda construir en esa parcela tan pegada al importante yacimiento, así como los realizados por la Generalitat autorizando las obras en esa zona. Las ediles Samantha Hull y Rosario Mejías de Dios, también quieren conocer si se han impuesto sanciones a la empresa constructora y los resultados de los informes sobre los vertidos, de los cuales advirtieron al regidor, y cómo se han retirado. Las concejalas recuerdan que es responsabilidad del Ayuntamiento preservar el patrimonio municipal.

El PIPN advirtió hace unos días a la Policía Local y a la arqueóloga municipal de la rotura de la valla de protección del yacimiento, donde habían entrado camiones para verter tierras y escombros dentro de la zona protegida. Las ediles señalan que «hay que vigilar y preservar más el patrimonio municipal que, según vemos, está bastante olvidado, y salir, aunque sea de vez en cuando, de los despachos para comprobar la situación en la que está nuestro patrimonio municipal». Ambas se muestran perplejas de que se pueda construir en una zona tan pegada a la valla de protección del yacimiento ibérico. «Era de suponer que debería tener unos metros de protección a partir de dicha valla y, de todas formas, suponemos que la arqueóloga municipal habrá tenido que hacer algún informe positivo para que allí se haya podido construir», indican las ediles en el escrito remitido al Ayuntamiento. El regidor, por su parte, explicó a preguntas de este diario que «el linde es la misma valla, a partir de ahí es una parcela privada».

«Mal menor»

Las nuevas construcciones, que podrían llegar a retomarse, tapan la vista de la ladera donde está el yacimiento, algo que para el alcalde sanfulgentino es «un mal menor». El enclave está cerrado al público y solo se abre en ocasiones esporádicas. Entre los materiales que allí se han encontrado destaca la cerámica ibérica con decoración geométrica, cerámicas de cocina, jarras ibéricas con decoración vegetal, fragmentos de ánfora de tradición púnica e itálica, y fragmentos de cerámica de figuras rojas y de barniz negro, de origen griego.

El arqueólogo Lorenzo Abad, de la Universidad de Alicante, propone que el abandono de La Escuera se produciría en las primeras décadas del siglo II a. C., y que tendría que ver con el desarrollo de la segunda Guerra Púnica. Se trata de un asentamiento que tuvo mucha importancia en su época dentro del conjunto del bajo Segura. El Museo Arqueológico Provincial de Alicante (Marq) es el encargado de llevar a cabo las excavaciones en el asentamiento, que considera una de las joyas de la provincia del Ibérico pleno. Su descubrimiento se produjo en los años 60 del pasado siglo y en la parte más elevada se encontró parte de una muralla con bastiones cuadrangulares. Ahora, 25 siglos después, lo pone en peligro otro «asentamiento» más invasivo.

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