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Torrevieja

Una granja en la rotonda

Gallinas, gallos y pollos toman la glorieta de la avenida de Urbano Arregui - Las aves, que llegaron en 2014, se cruzan entre el tráfico

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Una rotonda tomada por gallos, gallinas y pollos en Torrevieja

Pollos, gallos y gallinas circulan por la calle como Pedro por su casa. Comparten asfalto con los vehículos que pasan, aunque los conductores, que se quedan mirando, se preguntan de dónde han salido. Unos pocos ejemplares llegaron en 2014 a esta rotonda del plan parcial Villa Amalia, probablemente procedentes de algunos parques municipales -como el de la Estación o el de Las Naciones-, conocidos por tener aves sueltas dentro de sus vallados. Y se han quedado. Pero el problema es que ahora son muchas más. Entre 35 y 40 aves de corral que encuentran cobijo entre la vegetación del centro de esta glorieta, una de esas en las que los promotores se empeñaron en plantar olivos centenarios que arrancaron de su medio natural para adornar el espacio urbano de una ciudad turística.

Durante todos estos años las aves han ido a lo suyo sin hacer mucho ruido y molestando lo mínimo. Pero ahora son muchas más y el plan parcial -para fortuna de la monotemática economía local de venta de casas- ha acelerado mucho el ritmo de construcción. De manera que ahora el espacio circundante a esta rotonda-corral se comparte con una gasolinera, un supermercado alemán y las grúas torre que van sembrando de casas el terreno. Además de un buen flujo de vehículos que -esquivando como pueden a las gallináceas- utilizan esta prolongación de la calle Urbano Arregui para evitar el colapso de la N-332 o los semáforos y resaltes de la avenida de Desiderio Rodríguez.

Es evidente, por los recipientes de agua y por los sacos vacíos que se ven a simple vista, que los animales han recibido ayuda para hacerse fuertes en este medio urbano. Ayuda que ha podido ser altruista o bien con intención de aprovechar la producción de huevos, nada despreciable teniendo en cuenta el número de gallinas que andan sueltas por aceras, parcelas y la glorieta en cuestión. La presencia de -al menos cinco o seis gallos- también da cuenta del interés que generan los pollos. Tampoco es difícil encontrar vecinos aprovechando la producción de olivas. Toda una fuente de productos del campo en la capital del turismo residencial.

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