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Orihuela

«Seño, qué mal lo hemos hecho»

El alcalde reprochó durante 11 minutos a alumnos de Primaria de La Aparecida que no destacaran las cosas positivas de la pedanía en un pleno infantil

Regañina del alcalde de Orihuela a los niños de La Aparecida

Regañina del alcalde de Orihuela a los niños de La Aparecida

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Regañina del alcalde de Orihuela a los niños de La Aparecida D. Pamies

Los alumnos y alumnas de sexto del colegio Nuestra Señora de Belén han aprendido de primera mano que no hay que criticar, que pedir mejoras para tu pueblo «distorsiona la realidad» y que un alcalde no está para recibir quejas de nadie, (menos de niños y niñas de once años) porque si te quejas te echan la bronca.

Ocurrió en el Pleno Infantil organizado por el Ayuntamiento de Orihuela para conmemorar la Declaración de los Derechos del Niño al que fue invitado a participar -entre otros- este CEIP de la oriolana pedanía de La Aparecida. Y tal fue la regañina del alcalde Emilio Bascuñana a los escolares que habían intervenido leyendo sus demandas, que desde el centro educativo han enviado una carta al primer edil oriolano expresando su malestar por la «sensación de desánimo generalizado» y el sentimiento de culpabilidad con el que se quedaron los chavales tras la réplica del alcalde amonestándolos «por no valorar su pueblo».

La ocasión era importante para este centro enclavado en plena huerta, en el mismo límite de las tierras murcianas. Sobre todo por el tema a trabajar, el Artículo 12 de esta convención aprobada por la ONU en 1959 que establece el «Derecho a opinar y a ser escuchado». La sesión plenaria extraordinaria iba a servir además para que los escolares vivieran en primera persona una de las facetas más democráticas de la vida municipal, y fue preparada de manera concienzuda por estos estudiantes de Primaria con el asesoramiento del profesorado.

En los días previos niños y niñas escogieron el tema de debate, reflexionaron juntos y elaboraron un texto en el que exponían las principales carencias con las que se encuentran a diario desde su óptica infantil y con el que ensayaron una y otra vez para que todo saliera perfecto.

El marco, el edificio modernista de la Lonja, era incomparable. El motivo, la celebración del Día Internacional de la Ciudad Educadora, oportuno. Y la presidencia con el alcalde y varios concejales, solemne. «Nos pusimos bien guapos y guapas (...) y nos fuimos a Orihuela», explica la carta dirigida a Emilio Bascuñana que firma la secretaria del CEIP Nuestra Señora de Belén, «nuestros compañeros y compañeras lo hicieron de maravilla (y) todos estábamos expectantes ante la respuesta del alcalde».

Pero la exposición realizada por estos estudiantes, que encabezaba el inequívoco título de «Propuestas para mejorar nuestro pueblo», y en la que tras mencionar lo orgullosos que están de ser de La Aparecida proponen una serie de mejoras en el colegio, el polideportivo y el parque, no debió ser muy del gusto del primer edil.

En su intervención (11 minutos de réplica) comenzó tirando balones fuera: «Eso son fallos de gente que tiene que estar manteniendo todo eso»; y terminó hablándole a los chavales de Burkina Faso donde «no tienen la suerte que tenemos nosotros con tener un grifo roto» en el polideportivo. Antes, Bascuñana debió olvidar que estaba en un pleno con niños y niñas, y que el artículo sobre el que se daba una lección práctica dice que niños y niñas tienen derecho a opinar y a ser escuchados, les había estado recriminando que expusieran las deficiencias y demandaran (al gobierno municipal) soluciones para sus pequeños problemas de cada día: una acera para entrar con seguridad al colegio, un policía que regule el tráfico a la entrada y a la salida, espacio para la parada del autobús, falta de papel higiénico o grifos rotos en el polideportivo... «Nada más que habéis sacado cosas negativas», les amonestó el alcalde, «si solo vemos lo que tenemos que reclamar, al final estamos distorsionando la realidad», «cualquiera que lea lo que habéis puesto ahí (por su redacción) no iría a La Aparecida nunca», apostilló Bascuñana, mientras les hablaba de la inversión de un millón de euros en el centro cívico o les preguntaba si sabían qué era el Plan Edificant.

La perplejidad de los escolares queda de manifiesto en la carta dirigida por el centro al alcalde de Orihuela. «Lo primero que nos dijeron tras la respuesta del alcalde fue: seño, qué mal lo hemos hecho». Aunque los alumnos y alumnas de sexto se quedaron con la sensación de que «más que escuchar nuestras necesidades hemos sentido que nos ha dicho lo que tenemos que pensar y lo que tenemos que hacer, ¿dónde está el derecho a opinar?», se preguntan.

Sin faltar al respeto

El alcalde de Orihuela Emilio Bascuñana, señaló ayer al diario que «siempre he agradecido las aportaciones de los alumnos en todas las ediciones del pleno infantil, y en esta lo hice de manera expresa». Bascuñana añadió que, en el caso de los alumnos del colegio de La Aparecida, les felicitó especialmente por el número de propuestas de mejora recogidas, y les aseguró que tomaba buena nota de todas ellas para dar traslado a las concejalías y a los responsables correspondientes para poder solucionarlas.

Además, aseguró que durante su intervención les animó a valorar lo bueno de su pedanía (donde dijo que se iría encantado a vivir allí), «a discernir entre las cosas superfluas y las verdaderamente importantes y esenciales de la vida, y a sentirse orgullosos de pertenecer a ella». Su respuesta, indicó, fue positiva con el ánimo de aportar a los alumnos su visión como alcalde de Orihuela e insistió en agradecerles sus críticas y animarles «a seguir luchando y reclamando por todo aquello que crean necesario y justo». Fuentes del equipo de gobierno añadieron que Bascuñana acudirá al centro escolar a hablar con profesores y alumnos del grupo que intervino en el pleno.

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