La alcachofa no es solo la joya y la estrella de los productos de la Vega Baja. También reina estos días en sus bancales y permite que la huerta tradicional siga viva porque es un cultivo rentable y está de moda. Si no fuera así no hubiera logrado unir a productores, comercializadores, conserveras y empresas auxiliares bajo una misma marca de calidad, la de Alcachofa Vega Baja.

El presidente de la Asociación Alcachofa Vega Baja, Diego Martínez, explicó ayer durante el acto simbólico de inicio de temporada, que el siguiente paso a la labor de difusión que ya identifica la producción de la Vega Baja con esta marca es obtener la certificación de Indicación Geográfica Protegida. Algo, reconoció, que no es fácil porque necesita el consenso de todo el sector. «Es un trabajo voluminoso. Todos los socios tienen que tener claro las exigencias y beneficios que implica», dijo Martínez. De momento, se trata de un proyecto embrionario. Se han realizado algunas reuniones de asesoramiento con la Conselleria de Agricultura. La denominación de origen está descartada «hoy por hoy porque encorseta mucho, desde el punto de vista del origen del producto», dijo Martínez, quien recordó que muchos productores cuentan con bancales a caballo de la huerta de Murcia y la Vega Baja y además «tenemos una asociación que es muy diversa, como la propia comarca: tenemos conserveras, tres alhóndigas que venden en fresco, ayuntamientos, productores... somos singulares también para eso, lo que dificulta el objetivo que nos queramos plantear».

Ese acto simbólico del primer corte de la temporada corrió a cargo del chef Pablo González del restaurante Cabaña Buenavista (Murcia) con 2 estrellas Michelín y 3 Soles Repsol en plena huerta de minifundio de Cox, con la presencia de numerosos alcaldes y representantes del Consell y la Diputación, también miembros de la asociación. Martínez agradeció el respaldo de esta decena de municipios integrados en este colectivo, reclamó más compromiso a los ayuntamientos que no forman parte de la asociación y anunció que presentarán por registro una carta para solicitarles, una vez más, su adhesión a este proyecto -apenas supone una aportación de 700 euros anuales-. «La alcachofa es mucho más que un producto: es gastronomía, turismo, agricultura, una seña de identidad de la comarca, sus paisajes, entorno natural y un motor del tejido socioeconómico de la Vega Baja. Formar parte de la asociación es solo cuestión de voluntad», aclaró. Martínez dijo que la Vega Baja tiene la oportunidad histórica de «estar unida y defender un interés común para todos como es nuestra tierra y su gente».

Campaña tardía

Por otra parte, el presidente de esta marca de calidad explicó que el inicio de la campaña vino, como avanzó este diario, con unos días de retraso por el clima cálido registrado este verano. «Eso ha provocado una menor producción en estos primeros días y, por consiguiente, los precios de venta en estas semanas han sido más elevados de lo habitual por estas fechas al haber menos oferta. La situación se va a normalizar en breve porque se conseguirá un mayor equilibrio al entrar más kilos en el mercado», dijo. La superficie que se ha plantado es muy similar a la del año anterior, unas 2.000 hectáreas -cifra en la que se incluyen los suelos regados por el río en la huerta tradicional pero también los dotados por el trasvase- ya que los agricultores no se atreven a plantar más debido a la incertidumbre de los agricultores sobre si contarán con agua.

En términos de producción, Martínez calcula que esta campaña se superarán las 25.000 toneladas, unas cifras cercanas a las anteriores temporadas, y serán de gran calidad ya que «las condiciones y características que hay en la Vega Baja son únicas: propiedades del suelo, en muchas producciones riego tradicional a manta, clima y el saber y experiencia de los agricultores que están aquí toda la vida distinguen este producto de los demás».

Por su parte, el chef Pablo González indicó: «Muchas veces tiene que venir alguien de fuera a deciros que lo que tenéis es único y sois unos afortunados porque tenéis una huerta como yo no había visto y unas tierras y unos cultivos que no son habituales».