Proteger 15.000 hectáreas de una de las huertas tradicionales más grandes de Europa es uno de los principales objetivos del Plan de Acción Territorial (PAT) de la Vega Baja. Es además un mandato de las Cortes Valencianas en una comarca que presenta la mitad de tasa de suelo protegido que la media de la Comunidad -solo un 24%- y un incremento del suelo urbano del 222% en el periodo comprendido entre 1990 y 2012, diez veces superior a la media española.

La consellera de Territorio, Maria José Salvador, la directora general de Territorio, Rosa Pardo y el el subdirector del área, Vicente Doménech presentaron este proyecto -cuya redacción no está todavía adjudicada- pero que espera abordar su último trámite previo a la aprobación a finales de 2019. Lo hicieron en el salón de plenos del Ayuntamiento de Callosa, con presencia mayoritaria de alcaldes del PSOE, y muchas ausencias, salvo excepciones, de los primeros ediles del PP. Pero sobre todo la propuesta de ayer fue escuchada con atención por los representantes de la principal actividad económica de la comarca, la construcción -que sí acudieron a la invitación-, al igual que miembros de algunas asociaciones ecologistas.

El PAT «tomará decisiones» sobre el territorio a escala «muy precisa», advirtieron ayer «por lo que se requerirá de mayores consensos para su elaboración y aprobación». El PAT tendrá carácter supramunicipal, y aunque no establecerá una moratoria sobre los desarrollos urbanísticos actuales -algo que sí se hizo para el caso del PAT de la Huerta de València- será vinculante para los instrumentos de planeamiento vigente, también para la elaboración de Planes Generales de municipios en trámite desde hace años. Coordinará la planificación urbanística municipal, con competencias para clasificar y «desclasificar suelos (sic)» o reservar suelos para actuaciones de interés supramunicipal. Ayer en la exposición de la consellera no se habló de considerar la construcción de viviendas turístico residenciales en el ámbito de una especie de suelo terciario de aprovechamiento económico, que es una de las alternativas que se han barajado a una limitación de crecimiento en las reuniones previas a la presentación del borrador. Doménech recordó que la limitación en la ocupación de suelo viene impuesta además por la legislación europea.

«La huerta forma parte del acervo cultural e identitario de la comarca, no debe ser un elemento residual de la urbanización, sino impulso del proyecto futuro de la comarca». Es una de las conclusiones de este primer borrador de más de cien páginas del PAT del «Bajo Segura» (sic) y del estudio para la evaluación ambiental estratégica que ya se pueden consultar en la página web de la Conselleria.

El PAT abarca 27 municipios con una población de 355.924 habitantes -censados-, el 7,18% de la Comunitat, con una densidad superior a los 400 habitantes por km², el doble de la media de la Comunitat. La Vega ha duplicado su población en 30 años, sobre todo en la línea litoral y prelitoral con la excepción de Orihuela que se «estanca» el núcleo principal y crece «fuertemente» en el costero. La estimación de crecimiento máximo fija en 471.000 el número de habitantes para 2035.

En el preámbulo de ese texto se recuerda que la Generalitat intentó en 2005 sacar adelante el mismo documento. Y que se presentaron 2.075 alegaciones. No se siguió tramitando «por razones de conveniencia y oportunidad política»

Plataforma Logística

Además de la protección prevista para la huerta, y la limitación del crecimiento -con suelos urbanos de construcción más densa-, el documento reconoce una larga reivindicación de municipios del interior de la comarca, como recordó ayer el alcalde de Callosa, Fran Maciá: la creación de la Plataforma Logística de la Vega Baja en el entorno de la zona industrial de La Granadina de San Isidro en apoyo además a un clúster agroalimentario, la consellera Salvador aclaró que «ya existe» de hecho en la comarca.