La campaña de recolección de la alcachofa se ha iniciado este año con un notable retraso debido al fuerte calor del verano y a las temperaturas altas que se han alcanzado en este otoño, lo que ha retrasado el crecimiento de la planta. Este hecho supone que la producción es ligeramente inferior a años anteriores, lo que está suponiendo una subida evidente en el precio de los primeros «alcaciles», que superan los 70 céntimos el kilo.

No obstante, esta situación tenderá a normalizarse en una semana cuando las hortalizas aún no desarrolladas del todo sí lo estén, lo que supondrá que la producción aumente y baje el coste. Para los productores un buen precio en origen nunca debe bajar de los 65 céntimos el kilo. El pasado año se inició la campaña con una media de 68 céntimos el kilo, mismo precio que se cerró la de 2017; pero en mayo de este año, los últimos cortes apenas se pagaron a 0,58 euros, con una caída del 15% debido a la competencia que ejercen países como Perú y Egipto, sobre todo en las hortalizas destinadas a conservas.

Y si miedo tienen los agricultores a los países competidores, sobre todo en precio más que en calidad, más temor si cabe les produce la incertidumbre de recursos hídricos. Según explicaron a INFORMACIÓN desde la Asociación Alcachofa Vega Baja del Segura la superficie cultivada en la comarca se ha estancado en las 2.000 hectáreas, y no aumenta a pesar de ser un producto rentable por la falta de agua y las escasas expectativas de que venga más a la zona. Los productores no se atreven a plantar más alcachofas por temor a perder parte de la producción y recuerdan que el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura es vital para seguir manteniendo la actividad agrícola.

Con esa superficie cultivada las expectativas son que se puedan superar las 25.000 toneladas, como en la última campaña, que se cerró con 26.000. Eso sí, para saber con certeza las miles de alcachofas que distribuirá la Vega Baja habrá que esperar al segundo colmo, el que marca la diferencia, que podría hacer subir o bajar esas previsiones.

La Vega Baja se posiciona como el segundo productor de alcachofas a nivel nacional, por detrás de Murcia. Es, sin duda, el cultivo más rentable de invierno. La comarca, con su marca de calidad propia, concentra el 50% de las ventas al extranjero en España, que envía un total de 11.000 toneladas anuales a diversos países. El problema, que vuelve a preocupar en esta campaña, es la competencia en cuanto a la alcachofa en conserva ya que la peruana cuesta seis veces menos de producir, lo que hace que algunos países, como Estados Unidos, decidan importar la del país sudamericano, mucho más barata. En cuanto a Egipto, que se posiciona como segundo productor internacional de alcachofas por delante de España, la mayor competencia está en la industria del congelado de esta hortaliza.

Primer corte

El chef Pablo González del restaurante Cabaña Buenavista de Murcia, con dos estrellas Michelín y 3 soles Repsol, será el encargado, mañana, de inaugurar oficialmente la campaña de alcachofas de la Vega Baja, con el primer corte simbólico en Cox. González se convertirá en el padrino de honor de la Joya de la Huerta 2018/2019. Para el presidente de la Asociación Vega Baja del Segura, Diego Martínez, «representa el respeto a la huerta y el valor hacia el producto de temporada y tener a este gran chef como padrino sitúa a la alcachofa de la comarca en el terreno de la alta cocina».