Al margen de autorizaciones, ordenanzas y licencias sigue creciendo en Torrevieja un cementerio para animales de compañía. Más de 30 fosas improvisadas junto a la tapia de otro cementerio, esta vez «humano», el de los vecinos de La Mata. Para las mascotas es su último «parque de recreo» dentro del Parque Natural de las Lagunas, donde rodeados por las viñas y los pinos sus dueños han encontrado un privilegiado lugar para el eterno descanso de esos seres de alma limpia que acompañan las vidas de tantas familias y alivian las soledades de tantas personas.

Son pequeños monumentos funerarios, con palabras cariñosas, flores de plástico, peluches y epitafios de recuerdo que evidencian el sincero y profundo cariño de sus propietarios, y su deseo de conservar su memoria como se conserva la de un familiar difunto. Por eso siguen apareciendo fosas sobre esta tranquila superficie de unos cien metros cuadrados para dar sepultura a perros, gatos y otros pequeños animales que han acompañado durante años a sus dueños. Demuestran un gran respeto y cariño por los animales, pero es una práctica no regulada. En España hay muy pocos espacios preparados para este uso. Desde 2017 se ha puesto en marcha un cementerio de mascotas en Torrellano (Elche). La incineración veterinaria, práctica habitual, tiene un coste de unos 50 euros. Si se quieren recuperar en una urna el precio puede llegar a los 200 euros.

Este diario ha consultado con los ediles de Sanidad, Domingo Soler, Actividades y Medio Ambiente, Fanny Serrano y Protección Animal, Carmen Morate, sobre esta práctica, pero sólo esta última remite a la existencia del cementerio de mascotas en Torrellano. Es este mismo área municipal de Protección Animal quien ha advertido en otras ocasiones sobre lo irregular de esta práctica de enterramientos de mascotas que entraña riesgos sanitarios. Ayer la edil remarcó que es «hiperilegal». Sin control sanitario, los cuerpos son fuente de contaminación del suelo y del agua. Además existe peligro de que los pequeños cadáveres sean desenterrados por carroñeros con el potencial riesgo de propagación de enfermedades para humanos y otros animales. Pero ante la evidencia de una necesidad real corresponde a la administración y al Parque Natural, para ofrecer una alternativa regulada de sepultura, también, para estos pequeños vecinos de Torrevieja.