No es raro que el Ayuntamiento de Orihuela descartara realizar la inversión en el Palacio del Marqués de Rafal considerando las actuaciones de gran envergadura que tiene pendientes en algunos edificios de valor patrimonial que están bajo su competencia. Es el caso del Palacio de Rubalcava, que todavía se mantiene en pie porque en su día se rehabilitó la cubierta o los restos de las murallas y el castillo de San Miguel, cuyo futuro depende de la capacidad municipal de obtener subvenciones, sobre todo de la Unión Europea.
Desde finales de la década de los noventa los sucesivos gobiernos municipales y autonómicos, y también la diócesis han planteado también la recuperación de la iglesia de San Agustín, templo que no se utiliza porque amenaza ruina en el centro de Orihuela y cuya rehabilitación patrimonial tenía prevista el Consell (con partida presupuestaria en 2002) con motivo de la exposición de La Luz de las Imágenes.
La oposición ha reprochado al gobierno estas muestras de interés por la preservación del patrimonio local, que explican en la proximidad del fin del mandato.
