El área de Contratación del Ayuntamiento de Orihuela está saturada. Así lo reconoce el alcalde la localidad, el popular Emilio Bascuñana, quien asegura a este diario que «tenemos tantas obras pendientes, tantas cosas que acometer y que queremos hacer porque tenemos dinero para ello, que en el área de Contratación tenemos un cuello de botella». No obstante, está previsto que, poco a poco, todos los trabajos pendientes y atascados en Contratación, vayan desatascándose. Uno de ellos es el del proyecto de reforma de la Plaza de Toros cuyas obras complementarias anunciadas el pasado verano obligan a retrasar su inauguración unos tres meses ya que aún están pendiente de tramitar por ese área dichos trabajos para que se puedan ejecutar.
De este modo, no se cumplirá el plazo previsto por el equipo de gobierno y el contratista para terminar este proyecto que era el de finales del mes de octubre. A pesar de que Bascuñana insistió el pasado mes de julio, tras anunciarse las mejoras y las nuevas obras, que tanto la dirección facultativa como la propia adjudicataria «han confirmado que, a pesar de estos nuevos elementos de construcción, el plazo de finalización de la obra no varía y se estima que para finales de octubre se pueda recepcionar», éste ya se ha sobrepasado y se estima que no sea hasta el próximo mes de enero cuando se puedan dar por finalizados los trabajos. Está previsto que a lo largo del mes de noviembre Contratación pueda sacar ese contrato complementario que permitirá que los trabajos a realizar puedan ejecutarse en aproximadamente un mes.
El contratista tiene prácticamente finalizadas las obras previstas en el momento de su licitación para convertir la antigua Plaza de Toros en un recinto para ocio y espectáculos con capacidad para 2.800 personas con zonas verdes, cafetería y un pequeño museo que recordará la historia taurina de la localidad. El proyecto se adjudicó el pasado mes de enero a la empresa Caselles Valero SL por 399.529 euros. A este importe habrá que sumarle los 200.000 euros de más que supondrán las mejoras y obras complementarias que se van a realizar. En este sentido, el alcalde oriolano quiere dejar claro, ante las críticas de la oposición, que «no son sobrecostes porque no son las mismas obras, son otras complementarias ya que la actuación que se pensaba hacer está hecha y el coste de la actuación ha sido prácticamente el mismo, solo con la salvedad de una pequeña mejora en seguridad por el refuerzo de hormigón que se ha tenido que poner en el anillo ya que corría peligro y el resto son complementos que mejorarán las actuaciones».
La dirección facultativa de la obra se ha encontrado con algunas dificultades a la hora de acometer los trabajos por el mal estado de algunas zonas del coso taurino, abandonado durante más de 30 años, y al no haberse tenido en cuenta el valor patrimonial de algunos elementos que ahora se deberán conservar. Ya el arquitecto alertó en 2016 de que el proyecto podía tener mayores costes al reconocer que por la complejidad del mismo no fue posible analizar la totalidad de los elementos constructivos por lo que «las soluciones planteadas y el alcance de la intervención, en algunos elementos en el presente proyecto, podrán verse modificados en parte». Algo que, finalmente, se ha cumplido.
Actuaciones
El Ayuntamiento cuenta ahora con mayores recursos económicos que cuando se planteó el proyecto de reforma del coso taurino. Así, se va a llevar a cabo una actuación en el graderío ya que se encuentra en peor estado del que se pensaba cuando se redactó el proyecto -de hecho, había hasta árboles que salían de las gradas-. Esas obras complementarias permitirán enlucir y recuperar el graderío y también se acometerán trabajos en la zona de toriles, que no se derribará, ya que su valor histórico es mayor al que se le había dado, lo que permitirá conservarlo. «Es lo que suele pasar en las obras de este tipo, que empiezas con una idea y vale la pena ampliarlas, teniendo el dinero», señaló a este diario el alcalde oriolano.
Además de esos trabajos también se van a llevar a cabo mejoras como la instalación de barandillas en el parque infantil y en las zonas ajardinadas del exterior para evitar que los niños puedan salir a la carretera, unas luminarias más eficientes y se hará al recinto más accesible para facilitar el acceso a las personas con problemas de movilidad y su señalización. «Está la obra en marcha, hay oportunidad, hay dinero y por eso vamos a hacer esas actuaciones y todo está siguiendo el procedimiento administrativo adecuado», asegura Emilio Bascuñana.
Para San Antón se espera poder inaugurar una de las principales obras de este mandato que convertirán la antigua plaza taurina en un espacio multiusos. Además, permitirá revitalizar esa zona de Orihuela cuya degradación había ido a la par que el abandono de su inmueble más emblemático.
