San Miguel de Salinas no contará con una planta de tratamiento de basuras mientras que Dolores acogerá una instalación provisional para la transferencia de residuos de la comarca. Son los dos grandes titulares que dejó la reunión de ayer por la tarde en la Diputación del Consorcio Vega Baja Sostenible. El Servicio de Gestión de Residuos de la Generalitat Valenciana ha informado desfavorablemente al proyecto de macroplanta de basuras presentado por el grupo OHL para tratar hasta 100.000 toneladas de residuos de la comarca en unos terrenos de San Miguel de Salinas.

El director general de Calidad Ambiental de la Generalitat, Joan Piquer, dio a conocer ayer este informe en el transcurso de la reunión del Consorcio de Residuos de la Vega Baja. Piquer señaló, a preguntas del alcalde de Redován, el popular Emilio Fernández, sobre el estado de ese proyecto, que el informe es desfavorable «por motivos técnicos». Ahora su tramitación debe pasar por la Comisión Técnica del Consorcio Vega Baja Sostenible quien, tras tener conocimiento de ese informe desfavorable, no continuará con la misma, desestimándose el proyecto de planta de basuras de OHL en San Miguel de Salinas.

El proyecto presentado por la mercantil al Consorcio de Residuos para construir una macroplanta de gestión, tratamiento y reciclaje de residuos en unos terrenos de 29.000 metros cuadrados entre los términos de San Miguel de Salinas y de Torrevieja, había recibido el rechazo de los ayuntamientos afectados y de los grupos ecologistas por afectar a un parque natural, y había sido puesto en duda por inexactitudes en su tramitación. La edil de Medio Ambiente de San Miguel, María José Costa, no disimuló ayer su «alegría» al tumbar el Consell que siga adelante la empresa con sus planes.

Donde sí se recibirán basuras de la comarca será en Dolores. En este municipio se construirá una planta de transferencia anunciada hace más de un año. El proyecto encabezado por el ayuntamiento de esta localidad ya tiene luz verde una vez que el Consorcio Vega Baja Sostenible aprobó ayer la compra de la acción de la empresa pública Vaersa para que opere como medio propio de este organismo y llevar a cabo la encomienda de gestión para construir la planta en unos terrenos cedidos por el Consistorio de 6.600 metros cuadrados de su polígono industrial. De esta manera no se perderán los 1,6 millones de euros de subvención de la Generalitat Valenciana al Consorcio de Residuos (800.000 euros en el presupuesto de este año y otros 800.000 en el de 2019) para la implementación de obras y adquisición de equipos en materia de ecoparques, transferencia y valorización de residuos urbanos con el que se pretende ejecutar la infraestructura en Dolores e instalar ecoparques móviles en la comarca.

Provisional

Se trata de una instalación transitoria y provisional ya que la comarca carece actualmente de vertedero y de otras instalaciones donde llevar las miles de toneladas de residuos que generan sus 27 municipios, que ahora tienen que trasladar hasta Xixona, y en el caso de Orihuela, también a Cañada Hermosa (Murcia).

La intención del Consorcio de Residuos es ubicar en la comarca dos plantas de tratamiento definitivas y otra para la gestión de podas y biomasa. Unos planes que no serán a corto plazo y que deben esperar también a que se resuelva la denuncia interpuesta por Cespa-Ortiz, de la que se espera una resolución. De momento se pondrán en marcha las plantas de transferencia, la de Dolores aprobada y otra que sería necesaria ya que la primera tratará unas 125.000 toneladas anuales de las más de 250.000 que genera la Vega Baja.

El Consorcio Vega Baja Sostenible también aprobó ayer iniciar la red de ecoparques móviles en los municipios de la Vega Baja. Los representantes de los ayuntamientos gobernados por el PP votaron en contra de todos los puntos al asegurar que Intervención había realizado informes desfavorables a que Vaersa pudiera subcontratar más del 50% de la gestión. Sin embargo, el resto de representantes explicaron que la nueva Ley de Contratos de la Administración Pública, aprobada hace unos meses antes de la salida del popular Mariano Rajoy del gobierno central, permite superar esos porcentajes.

La planta de transferencia de Dolores es una solución transitoria al problema de la eliminación de residuos en la Vega Baja, envuelta en continuos escándalos de corrupción desde hace años y epicentro del caso Brugal con el polémico empresario de la basura, Ángel Fenoll, como cabecilla.