La primera piedra del nuevo museo de la Semana Santa de Torrevieja se puso en el solar municipal junto a la avenida de las Habaneras un ya lejano 2 de mayo de 2010. Al acto, presidido por el entonces alcalde Pedro Hernández Mateo, acudieron más de mil personas. Tras ocho años de obras, una inversión de casi seis millones de euros -financiados por la Generalitat-, parones interminables para rematar el proyecto y una encendida polémica sobre el uso final del edificio entre el Ayuntamiento y algunos de los responsables de la Semana Santa, los miembros de la nueva junta directiva de la Junta Mayor de Cofradías, elegida como candidatura única el pasado mes de agosto, pudieron comprobar sobre el terreno por primera vez que el edificio de cinco plantas y tres sótanos tiene un problema. Y no pequeño, porque los tronos con las imágenes no caben por la puerta del montacargas, ni por las puertas de las distintas plantas previstas para la exposición museográfica, según el diseño del prestigioso arquitecto Javier García Solera.

En la parte trasera del inmueble, donde se sitúa un gran vestíbulo, pueden entrar sin problemas los pasos. Pero no por el montacargas que debe transportarlos a las distintas salas de exposición. La altura de la puerta del montacargas es de 3,25.

La mayor parte de los 18 pasos deberán ser desmontados en el vestíbulo para cargar las imágenes, por una parte, y los tronos por otra. Y al menos cuatro de ellos, los de mayor envergadura y más espectaculares , ni tan siquiera se pueden desmontar, ni adaptar para realizar ese traslado. Eso implica que si las Cofradías deciden que el nuevo edificio sea su espacio museográfico principal, tronos e imágenes deberán ser montadas y desmontadas dos veces en Semana Santa. Según fuentes consultadas por este diario, la entidad ha convocado para hoy una reunión de urgencia con los presidentes de las 14 Cofradías y Hermandades de la Semana Santa para exponerles la situación.

El nuevo presidente de la Junta Mayor de Cofradías, Ignacio Suárez, a preguntas de INFORMACIÓN, explicó ayer que la junta directiva tenía «una inquietud» sobre el Museo y las condiciones en las que se podría poner en marcha el espacio museográfico dado que los espacios consagrados para el Ayuntamiento podrían comenzar a habilitarse en breve. «El alcalde y el concejal nos recibió enseguida y nos dijo que podíamos ir a ver las instalaciones cuando quisiéramos. Queríamos ver la accesibilidad de los tronos. Como cofrade y capataz de la Santa Cena pregunté en varias reuniones de la Junta Mayor por el asunto de la accesibilidad y tampoco habíamos tenido una respuesta clara», indicó la misma fuente. «Estuvimos midiendo, y vimos que hay que desmontar los pasos para que las tronos vayan a una planta y las imágenes a otra. Es el gran hándicap del museo. En el montacargas no cabe ningún trono con imagen de Torrevieja. Hay una entrada a un gran vestíbulo que es una doble altura, con una puerta de 6 metros. A partir de ahí la altura de la puerta del montacargas es de 3,30 metros. Y cuando subes a las plantas, o bajas a los sótanos con el montacargas las puertas son de 3 metros...Nosotros pensábamos que un museo de la Semana Santa estaba pensado... para la Semana Santa», subrayó Suárez sin querer apuntar a responsabilidades.

La misma fuente explica que «cada trono es un mundo». Los hay con patas desmontables, con patas que no se pueden retirar, otros se pueden cortar. Otros «como la Piedad no se pueden desmontar del trono. La Estrella, con 5,92 de altura es indesmontable. Los cofrades tendrían que ir de rodillas para entrar con el de la Santa Cena... Ahora tenemos que preguntar a los presidentes que conocen mejor cada uno sus tronos» ¿Mercería la pena desmontar y montar otra vez? «Pues no lo sé. Hay que preguntar a los presidentes. Cuando termine el Viernes Santo y vayas para el museo hay que empezar a desmontar... En el vestíbulo de entrada caben seis u ocho, que podrían ser los no desmontables e invisitables todo el año. Luego habría que ver cuáles tienen que sufrir modificación a la hora de desmontarse...», dijo el presidente.

Prudencia

Por otra parte, Suárez se mostró muy prudente sobre el conflicto a raíz de la reducción del espacio expositivo para la Semana Santa decidido por el Ayuntamiento y avalado por la Generalitat. Conflicto entre la anterior junta directiva, respaldada por la oposición mayoritaria del PP y Cs, que apostaban por mantener las previsiones iniciales de que el Museo ocupara todas las plantas y el equipo de gobierno de izquierdas, que gobierna en minoría y que las ha reducido a dos, el sótano y el acceso posterior: «No dejamos de ser cristianos. Somos conciliadores. Queremos escuchar y que nos escuchen. Hablar y que nos hablen. Nada que no pida cualquier ser humano», aclaró.

Por otra parte, la Junta Mayor de Cofradías ha publicado en una web local un comunicado en el que niega parte de las declaraciones grabadas por este medio al presidente de la entidad.

Presentación

El debate sobre las condiciones de accesibilidad del museo se planteó con el proyecto hace casi diez años. El arquitecto recibió un solar para desarrollar un espacio museístico de exhibición del patrimonio religioso visitable en varias alturas, no en horizontal, como es lo habitual. Cuando presentó el proyecto hace una década ante los responsables de la Semana Santa ya fue interrogado por la capacidad y accesibilidad al edificio de los tronos e imágenes. García Solera justificó la necesidad de desmontar tronos e imágenes a la hora de cargarlos en el montacargas en el hecho de que el museo de la Semana Santa iba a ser "un museo y no un almacén"-al parecer haciendo una comparación con el actual museo-.

El argumento era que el valor artístico de tronos e imágenes se podía observar en toda su plenitud a la altura de los ojos del observador. En aquel momento la distribución de espacios en el museo contemplaba dos plantas para las imágenes y una más para los tronos, además de otra para la orfebrería y los bordados. Lo cierto es que han pasado más de diez años, pocos recuerdan esa reflexión, y algunas cofradías han concebido sus nuevos pasos con tronos e imágenes pensadas para procesionar en la calle y no en un museo... Además, muchas cofradías prefieren que los pasos se mantegan en sus iglesias titulares, accesibles para los fieles, en vez de ser exhibidos en un museo, algo que ya está reflejado en sus estatutos por lo que una parte importante de las tallas nunca será exhibida en el museo -quepan o no en el montacargas-.