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Los auroros inician los trámites para su declaración de BIC Inmaterial

Los ayuntamientos y la Universidad de Alicante apoyan la protección del ancestral canto religioso

Un grupo de auroros entona los cantos el día de Todos los Santos en Orihuela. tony sevilla

Las cofradías auroras de la Vega Baja y el Baix Vinalopó han iniciado los trámites para que su ancestral canto y rezo sea declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial por parte de la Generalitat Valenciana. Se trata de una tradición centenaria que tiene mucho arraigo en la Vega Baja, donde está presente en 24 de las 27 poblaciones de la comarca, y cuyas cofradías agrupan también desde hace unos años a las del Baix Vinalopó, menos numerosas, donde en poblaciones como Crevillent son parte de su cultura. En ambas comarcas hay un millar de auroros que esperan el reconocimiento y la protección que otorgaría el BIC y que evitaría la desaparición de algunos de los grupos.

En las últimas reuniones de auroros celebradas en los últimos días en Redován, Bigastro y Albatera, se han propuesto iniciar los pasos para que esto pueda producirse llamando la atención de las instituciones culturales de la Generalitat y de las universidades de la provincia. Las alcaldesas de Bigastro y Albatera y la Cátedra Loazes de la Universidad de Alicante ya han apoyado el inicio del expediente y así se anunció la pasada semana en el transcurso de la presentación del libro «El fenómeno religioso, cultural e identitario de los Auroros del Bajo Segura», de Lucía Marina Quinto. Precisamente este estudio va a servir de base documental para iniciar el expediente de declaración de BIC Inmaterial, con el apoyo de la Universidad de Alicante. Los auroros también se van a dirigir en las próximas semanas a los distintos ayuntamientos y al Obispado para que apoyen la iniciativa.

Ayer los auroros celebraron la festividad de su patrona, Nuestra Señora del Rosario, con la esperanza puesta en conseguir el ansiado reconocimiento del que sí disfrutan sus homólogos murcianos desde hace años tras su declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial. «El valor patrimonial de la música y las costumbres de estos grupos es importantísimo, pero no hay políticas de protección hacia el Bien Inmaterial que representan, como sí lo hay en Murcia con toda la protección que eso implica por sus instituciones, y no se entiende cómo es posible que esta gran cantidad de grupos que representan esos mismos valores con formas distintas no cuenten con esa declaración de las instituciones valencianas», se queja el secretario de la Archicofradía del Santo Rosario de la Aurora, Roque Albert, quien también fuera miembro fundador de los Encuentros en Callosa de Segura en 1985 y 1986.

Historia musical

Los auroros de la Vega Baja y el Baix Vinalopó saben que no es un camino rápido, pero confían en su historia y en el arraigo que tienen en el sur de la provincia para convencer al gobierno autonómico, al que enviarán los informes que ya preparan de tipo histórico, musical y antropológico, necesarios para que pueda ser considerada su propuesta. Este mismo otoño empezarán a coordinar los incipientes trabajos de ordenar la información histórica y musical de cada grupo para remitirla a la Conselleria de Cultura que es a quien compete la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial.

El ancestral Canto de los Auroros y el rezo del Santo Rosario, como oración universal y sencilla del orbe católico, cuenta con 8 siglos de historia y hace casi 5 que llegó a la Vega Baja para quedarse, pasando de abuelos a padres y de padres a hijos.

Aunque el origen de este rezo se atribuye a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los dominicos, en el siglo XIII, su expansión tuvo lugar a raíz de la victoria de la Batalla de Lepanto de la Europa cristiana contra el imperio otomano islámico, el 7 de octubre de 1571, cuando el Papa Pío V encomendó al orbe católico el rezo del Santo Rosario días antes de la misma.

A partir de ahí se extendió por todas partes. El 7 de septiembre de 1510 entró la Orden de los Dominicos en Orihuela, y empezó a expandirse por las poblaciones de la Vega Baja, catequizándola de modo sencillo con la enseñanza del rezo del Rosario y con los Cantos de Auroros que son loas de textos muy sencillos a Dios, la Virgen y los Santos, formando desde esa fecha Cofradías del Rosario en las poblaciones que cantaban esas coplillas y versos entonados en las madrugadas dominicales por veredas y caminos de huerta para llegar a los vecinos.

Transmisión oral

Ese tesoro patrimonial se ha ido manteniendo de generación en generación por transmisión oral respetando una estructura similar en las letras de todos los grupos auroros, con variantes lógicas. Albert explica que «la gran riqueza se da en el acompañamiento musical, distinto en cada población, y en el entonado - diverso y distinto de cada población- en el modo antifonal, o diálogo entre dos coros, o en el estilo responsorial, o diálogo entre el solista o guía y el coro».

El secretario de la Archicofradía del Santo Rosario de la Aurora recuerda que los auroros empezaron a tomar conciencia de su colectivo con los primeros Encuentros que organizó la Cofradía del Rosario de Callosa de Segura en 1985 y 1986 «donde tan solo acudieron 4 o 5 participantes». Hoy ya son unos 24 grupos de poblaciones distintas que participarán el domingo 21 de octubre en el 35 Encuentro de Auroros de la Vega Baja y el Baix Vinalopó.

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