La reunión entre el secretario autonómico de Agricultura y los regantes se tensó al final de la misma, cuando el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (PP), echó en cara a Francisco Rodríguez Mulero que la Oficina Agraria de Orihuela pase a depender administrativamente de Elche, lo que considera «una desconsideración absoluta a los agricultores de la Vega Baja». Mulero aseguró que no se va a cerrar y que se mantendrán a todos los funcionarios, y se incorporará otro más, procedente de Almoradí, donde el Consell sí pretende echar el cierre a la Oficina Agraria auxiliar que hay en el municipio.

«La Oficina Agraria de Orihuela se queda donde está y allí se seguirá atendiendo a los agricultores. Ni cerramos en Orihuela ni en la Vega Baja, y, a partir de ahí, lo demás es ruido mediático interesado», dijo Mulero, quien criticó que el alcalde de Orihuela «haya politizado el asunto». El diputado autonómico del PSOE y alcalde de Rafal, Manuel Pineda, defendió el planteamiento del Consell de reestructurar las oficinas agrarias negando que se cierre la de Orihuela y enfrentándose al regidor oriolano. El enfrentamiento verbal fue subiendo de tono hasta que Pineda se marchó dejando con la palabra en la boca a Bascuñana y visiblemente enfadado, mientras el regidor oriolano le recriminaba que se fuera así. Bascuñana señaló que la reestructuración de las oficinas agrarias deja a la de Orihuela como apoyo de la de Elche, que será la principal y «en Elche se harán todo tipo de gestiones, desde las primarias hasta las avanzadas, mientras que en Orihuela las atenciones estarán limitadas». «Es como si quisiéramos aquí tener la oficina de atención a los zapateros, lo normal que esté en Elche», dijo, recordando que la superficie de cultivo en el sur de Alicante es de un 75% en la Vega Baja y solo un 25% en el Baix Vinalopó (43.000 hectáreas cultivadas frente a 14.000). En el caso de los ganaderos, en la Vega Baja hay 1,5 millones de cabezas de ganado frente a 118.000 en el entorno de Elche.