El movimiento del PP para promover una moción de censura y relevar al gobierno de izquierdas en Torrevieja va a acabar por desangrar poco a poco a Ciudadanos. Al margen de sus graves dificultades para tomar postura ante el riesgo de que un paso en falso afecte a sus expectativas electorales en las municipales y autonómicas de dentro de un año, la operación en este emblemático bastión de la Vega Baja ha terminado por abrir, como adelantó este periódico, una enorme brecha entre cargos de la formación naranja en Madrid y la cúpula autonómica. Un pulso por competencias. El área de Relaciones Institucionales de la formación emplazó ayer a continuar las negociaciones con el PP sin presuponer el desenlace de esos contactos en un sentido u otro a pesar del rechazo que expresa la cúpula de la dirección regional y buena parte de la agrupación local de Torrevieja. El pulso es durísimo y revela las tensiones internas que vive la formación a ocho meses de unos comicios claves para la estabilidad del proyecto.

El responsable de Relaciones Institucionales de la ejecutiva nacional de Ciudadanos, José María Espejo, declaró a este periódico que «la posición que tiene el partido es que no se han cerrado los contactos. Desautorizo a todos los que digan algo contrario a eso». Espejo retó a los críticos con la operación de cambio de alcalde en Torrevieja, de momento en el aire y muy lejos de cerrarse, a pronunciarse en su contra. «Desautorizo a los que dicen que las negociaciones están cerradas y que no hay posibilidad de un acuerdo», sugirió el dirigente nacional de Cs que, como se recordará, ocupa una de las vicepresidencias del Parlament de Cataluña. El mensaje de Espejo lo secundó Jesús Gimeno, que ocupa esa misma área en la ejecutiva regional y que tomó las riendas de la negociación de la moción de censura. «Emplazamos al PP a una nueva reunión», apuntó Gimeno al que la cúpula de la dirección regional atribuye únicamente el interés de sumar puntos para «colocarse» en las candidaturas autonómicas.

Efectivamente, las delegaciones de Ciudadanos y del PP han vuelto a cerrar un encuentro para hoy mismo en busca de un posible acuerdo para presentar una moción de censura que sería, de producirse, un cambio casi instrumental. Apenas unos meses para tratar de solucionar los graves problemas que arrastra el gobierno de izquierdas -especialmente con el bloqueo de la productividad de las nóminas- hasta llegar a los comicios del pasado mes de mayo. La dirección del PP tiene la sensación de que va a ser muy difícil llegar a esa entente, acusan a Cs de poner pegas para dinamitarla y se han puesto como fecha límite el final de esta semana para intentar concretar los términos de una posible alianza.

Los desencuentros entre el área de Relación Institucional de Ciudadanos y el núcleo duro de la dirección regional vienen de lejos. No gustaron ni un ápice, explicaron fuentes de la cúpula autonómica, los movimientos en otras intentonas de moción de censura fallidas como las que se registraron en Orihuela o Benidorm. Y, de hecho, mantienen su negativa a unir sus votos al PP en Torrevieja. ¿Por qué? Rechazan una moción de censura tan cerca de las elecciones que podría condicionar toda la estrategia de Ciudadanos y, encima, que pueda estar encabezada por un imputado como Eduardo Dolón, candidato del PP y también vicepresidente de la Diputación. Fuentes de la cúpula regional de Ciudadanos, además, añaden que la gran mayoría de la agrupación municipal del partido en Torrevieja también está en contra de la operación y que tampoco existe unanimidad entre las dos ediles con las que cuenta la formación en la localidad. Así que con los plazos que ha marcado el PP apurándose, la tensión interna en Ciudadanos crece por momentos a la espera de que se resuelvan esos contactos.