¿Llegará antes el Corredor Mediterráneo que el desdoblamiento de la CV-95? Es una pregunta muy difícil de contestar ahora mismo a tenor de cómo está siendo de complicada la puesta en marcha de ambos proyectos. No obstante, para el Corredor sí que se ha marcado una fecha, la de 2022 para su funcionamiento. El esperado desdoblamiento de la CV-95, que conecta Orihuela con la costa de la Vega Baja, no tiene una fecha concreta ya que está incluido en el Plan Uneix de la Generalitat Valenciana entre las actuaciones previstas con un amplio margen de maniobra (2018 a 2030).

Por ello, Cámara Orihuela ha pedido directamente al Consell que saque de ese plan el proyecto de desdoblamiento de la CV-95 para que pueda ser ejecutado cuanto antes, por lo que presentará alegaciones. El presidente de la institución cameral, Mario Martínez, se reunió con el director general de Obras Públicas de la Generalitat, Carlos Domingo Soler, a quien le planteó que se destinen fondos «lo antes posible» al proyecto de la CV-95. Martínez señaló que su duplicación «tiene que ser realizable y estar acabada en 2022, cuando está previsto que se cuente con el Corredor Mediterráneo, y Orihuela va a tener la parada comarcal del AVE que tiene que estar conectada con el 40% de la población que vive en la costa».

Cámara Orihuela quiere que las alegaciones que presente tenga el máximo consenso, y de hecho ya ha hablado «y tenemos el visto bueno a nuestras reivindicaciones» con la Confederación de Empresarios Valenciana (CEV), el Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana, la Asociación de Empresarios de la Vega Baja (Asemvega), el tejido empresarial y distintas asociaciones de regantes.

Hace más de una década, en 2007, la Generalitat, bajo mandato del PP, adjudicó la construcción de una autovía que uniera la costa de la comarca con el interior, desdoblando la CV-95. La concesión recayó en una UTE liderada por Lubasa. La empresa quebró y el proyecto se descartó, además, porque los juzgados dieron la razón a los propietarios de suelo que recurrieron el trazado al aprobarse sin declaración de evaluación ambiental. Para salvar el trayecto entre Torrevieja y Orihuela de unos 30 kilómetros son necesarios ahora 45 minutos, con una carretera saturada de tráfico y, en algunos puntos, muy peligrosa. De momento la única actuación, por parte de la Conselleria de Obras Públicas, ha sido la construcción de una rotonda en Bigastro y se harán dos más en San Miguel de Salinas.