Un agujero de bala queda como testigo en la pared del pasillo de los vestuarios de la jefatura de la Policía Local de Torrevieja de que el armero de estas dependencias no cumple con el mínimo de medidas de seguridad. Según confirmaron fuentes policiales, el tiro fortuito se le escapó ayer a un agente cuando manipulaba su arma de fuego en el cambio de turno.

Cada uno de los agentes -a excepción de los interinos- tiene asignada un arma corta. La deposita -para desmontarla- cuando concluyen finaliza su servicio, y la recoge -y la montan y municionan- en el armero la jefatura de la Policía Local. Ayer en esa operación rutinaria se produjo un tiro accidental. No pasó de eso.

Según las mismas fuentes, las consecuencias podrían haber sido dramáticas. El armero está anclado en ese pasillo, no en unas dependencias específicas. Con un trasiego constante de funcionarios policiales que al mismo tiempo que se dirigen al armero acuden a los vestuarios durante los cambios de turno.

Los sindicatos llevan años reclamando medidas de seguridad básicas. Condiciones que se cumplen de forma sistemática en cualquier otra jefatura de Policía Local «normal» y profesional. Pero la de Torrevieja, aseguran, no lo es. La más evidente, junto al cambio de ubicación del depósito de armas, es la incorporación de una «zona fría» o cajón de seguridad, un dispositivo metálico blindado especial para manipular armas de fuego. En caso de disparo involuntario la bala queda dentro, sin peligro de rebote. Esa carencia fue denunciada ante la Inspección de Trabajo en el año 2015, con escaso éxito. Se hizo en ese momento, y antes porque la de ayer no era la primera vez que se escapa un disparo fortuito en el armero.

Por tres mil euros

Estas medidas de seguridad también aparecen incorporadas al reglamento de funcionamiento interno de la Policía Local, pactado entre todos los sindicatos, pero que tres años después de elaborar su última versión sigue «en un cajón», del área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Torrevieja, sin voluntad de ser aprobado.

El coste del cajón de seguridad más equipado del mercado para evitar rebotes de armas cortas, como el que hace falta en estas dependencias, apenas supera los 2.500 euros.

El Ayuntamiento maneja un presupuesto anual de 90 millones de euros. Es más, ni tan siquiera requeriría una procedimiento de contratación, tan solo de una reserva de crédito. Nada comparado a los años de tramitación que acumulan los contratos de provisión de munición; compra de chalecos antibala -un total de 140, valorados en unos 90.000 euros-; suministro de uniformidad (56.000 euros); arrendamiento equipos de transmisión digitales (por 60.000 euros) o la adjudicación de elementos de defensa personal, taser o pistola de electrochoque (con un presupuesto de 101.000 euros y dos años de tramitación).

Estos últimos destinados a los más de 50 agentes interinos que no pueden portar arma de fuego, pero que trabajan en las calles de Torrevieja, y que se pueden encontrar de forma puntual en situaciones de peligro y seguridad ciudadana. Tampoco ha habido suerte -administrativa- a la hora de contratar prácticas de tiro. Hasta el punto que las autorizadas por el alcalde José Manuel Dolón estarían siendo investigadas por la Guardia Civil por el traslado de munición y armas sin la supervisión de este cuerpo policial.

Prácticas de tiro

Finalmente se han podido llevar a cabo de forma parcial en un campo de tiro militar de Rabasa. Todos esos contratos, enfocados a garantizar la seguridad de los agentes siguen su tramitación administrativa casi desde que se inició este mandato. El Ayuntamiento ha tenido que recurrir a agentes de base para que ejerzan de instructores de estos expedientes por falta de personal.