Si todo discurre conforme a lo previsto, las obras para finalizar la construcción del nuevo colegio Poeta Miguel Hernández de Rojales se retomarán en noviembre y se tardará entre dos y tres meses en habilitar el gimnasio y las pistas deportivas.

El alcalde del municipio, Antonio Pérez, junto a la concejala de Educación, Tatiana Cañizares, y representantes del centro educativo se trasladaron ayer a Valencia para reclamar a la Generalitat que reinicie los trabajos para terminar las instalaciones. La obra se encuentra suspendida desde principios de este año por la necesidad de tener que modificar el proyecto para añadir más presupuesto. Según explicó ayer el regidor, se tuvo que contratar un equipo redactor para planificar las modificaciones necesarias y, una vez que se hizo el trabajo, se envió la documentación a la Abogacía de la Generalitat, que detectó que había ciertos gastos «no justificados» y pidió nuevos informes. Una vez solventado ese escollo, se ha puesto en manos de la Intervención General, que debe ahora validar esos cambios. Solo cuando reciba el visto bueno se podrán retomar las obras, algo que se espera en todo caso antes de final de año.

«Nuestra misión y mi responsabilidad como alcalde es presionar a la Conselleria para que reinicie las obras y eso es algo que hemos hecho desde el primer minuto», enfatizó ayer el regidor.

El proyecto para levantar el nuevo centro educativo se redactó en el año 2008 pero no fue hasta febrero de 2016 cuando el Consell adjudicó las obras a la empresa Ecisa, Compañía General de Construcciones, SA, por un importe de 2.785.000 euros más IVA. Los trabajos de construcción comenzaron enseguida y los alumnos estrenaron el nuevo aulario en septiembre del año 2017. Quedaba entonces por construir el gimnasio y las pistas deportivas y eso es lo que hasta hoy no se ha ejecutado. Los escolares estuvieron todo el curso pasado practicando Educación Física en una parcela anexa al colegio que se venía utilizando como zona de aparcamiento. El suelo de asfalto y la falta de sombra motivó las críticas de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos, que se planteó incluso que los menores no hicieran deporte al aire libre al tener que soportar temperaturas del todo elevadas en el periodo estival.

De cara al curso que acaba de empezar, le edil de Educación anunció que se dispondrían una serie de toldos para crear sombras en la zona. Es una solución que no gusta al Ayuntamiento, aunque se apunta a que es la única alternativa a la espera de que la Generalitat complete el colegio. La comunidad escolar llevaba una década movilizándose para exigir la construcción del nuevo centro educativo y se plantea nuevas manifestaciones si el Consell no cumple lo acordado.