?La misma revisión catastral que se ha llevado a cabo en Torrevieja afectaba a numerosos municipios de la provincia. La sorpresa está siendo mayor para los propietarios de viviendas en fincas agrícolas, que normalmente abonaban un IBI rústico muy reducido y que ahora van a pagar por la ampliación de casas de apero en chalés y creación de piscinas. Afortunadamente para estos residentes -miles distribuidos en la huerta y campo de la Vega Baja- el catastro no se dedica a investigar infracciones urbanísticas -muchas de ellas estarán prescritas-, sino solo a recaudar sobre lo que aparece sobre el terreno y que nunca fue registrado.