El alcalde de Torrevieja, José Manuel Dolón, compareció ayer con semblante serio y visiblemente enfadado para criticar lo que está ocurriendo en el Ayuntamiento por el impago de las nóminas a los trabajadores. Si hace una semana se mostraba pacificador y convencido de que todo este asunto se solucionaría rápido, visto lo visto ya no lo tiene tan claro. Ayer valoró que «todo tiene que estar debidamente fiscalizado pero las cosas han de tener una proporcionalidad, una medida y lo que no se puede hacer desde el alto funcionariado es paralizar un tema tan importante como la nómina sin importarle nada lo que le pueda estar pasando a 800 personas que dependen de las retribuciones del Ayuntamiento». El primer edil dijo asimismo que «todo es comprensible pero es desproporcionado el punto al que hemos llegado, esto es excesivo», enfatizó.

Mientras tanto, la oposición del Partido Popular considera que el alcalde tiene en su mano la solución a este conflicto. Eduardo Dolón defendió que el regidor tiene potestad para levantar los reparos que llegan desde Intervención para poder abonar los salarios y le reprochó que es algo que tendría que haber hecho antes de llegar a la situación actual. Además, el viceinterventor municipal rubricó un documento que señalaba que el abono de los salarios «debe materializarse mediante decreto» dictado por el regidor y por lo tanto «la obligación de resolver recae directamente en el alcalde de la corporación». Pero eso es algo que el regidor de Torrevieja niega, al asegurar que el cargo no le faculta para adoptar dicha resolución, mientras defiende que hace todo lo que está en su mano.