El viejo trazado ferroviario que conectaba San Isidro con Torrevieja aspira a reconvertirse en una vía verde para vertebrar la comarca de la Vega Baja y potenciar su patrimonio natural, en definitiva la huerta, como recurso turístico. El tramo se extiende a lo largo de 25 kilómetros de terreno que pertenece al Ministerio de Fomento. Buena parte del recorrido se puede realizar ahora a pie, pero no en su totalidad. En diferentes puntos del término de Catral se han colocado vallas y puertas que impiden el tránsito por esta zona y sólo los propietarios de fincas lindantes pueden acceder.

En unos puntos existen verjas ya oxidadas y en otros se encuentran vallas metálicas muy nuevas que han debido ser instaladas recientemente, según comprobó ayer este diario durante una visita al lugar junto a un representante de la Plataforma Anticorrupción Defensa de la Huerta, Moisés Cruz. Éste señaló que se trata de una zona de propiedad pública y puso en duda que el Ministerio haya concedido ese tipo de autorizaciones para convertir el terreno en privado, por lo que defendió que debería reabrirse de forma inmediata.

Existen al menos cuatro zonas valladas y con puertas metálicas con cadenas en el entorno del viejo puente ferroviario de la CV-913, que dejó de ser utilizado cuando se extinguió esta vía de comunicación. Casi todos los terrenos de alrededor están dedicados a la agricultura, con tahúllas plantadas con limoneros y naranjos. Cabe destacar que el Ayuntamiento de Torrevieja sí está pagando un canon anual para mantener el derecho de utilización de un tramo de ese antiguo trazado ferroviario, reconvertido ahora en una senda peatonal.

La vía del tren dejó de ser utilizado para viajeros en 1974 aunque se siguió usando hasta mediados de los 80 para el transporte de sal. En estos momentos se están tramitando dos proyectos antagónicos para volver a utilizar el trazado: el de la vía verde y la recuperación de una red de cercanías que vuelva a conectar Torrevieja por tren. La propuesta de habilitar un corredor ecológico no es nueva. Es un proyecto del que se lleva hablando casi 20 años. Ya en 1996 la Diputación de Alicante realizó un estudio que cifró en tres millones de euros el coste de habilitar la ruta senderista. Las localidades implicadas han resucitado recientemente el proyecto y tratan de hacerlo realidad buscando financiación de fondos europeos, según se expuso en el primer Foro de Turismo Sostenible Vega Baja celebrado en mayo en Los Montesinos, donde se insistió en que todos esos terrenos son públicos. Ahora cuentan con el apoyo de el Consorcio para el Desarrollo Económico de la Vega Baja (Convega), la Generalitat y la Diputación, que recientemente aprobó una moción para apoyar a iniciativa. Claro que dicho acuerdo incluyó una enmienda que supeditaba ese apoyo a las conclusiones de un informe del Ministerio de Fomento. Torrevieja lleva años reclamando que se estudie la posibilidad de recuperar su extinto trazado ferroviario y el Ministerio encargó un estudio sobre la viabilidad económica de esa nueva red. El documento tendría que estar terminado desde abril de 2016, pero hasta el momento nada se sabe de ello.

Sea como fuere, con vía verde o con el paso de nuevos trenes, habrá que retirar todo el amasijo de hierro y metal que impide el paso por esa vía a la altura de Catral para poder darle un nuevo uso.