Más de una década de trámites administrativos ha precisado el Ayuntamiento Daya Vieja para dar a luz su nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). La última propuesta de este documento se encuentra en estos momentos en exposición pública y contempla liberar 312.408 metros cuadrados de suelo, de los que casi la mitad quedarían reservados para habilitar la primera zona industrial del municipio. Se trata de un planeamiento que poco o nada tiene que ver con las pretensiones iniciales del consistorio, que hace una década y al calor de la burbuja inmobiliaria pretendía recalificar cerca de un millón de metros cuadrados, algo que ha sido impedido la Generalitat Valenciana en un término que apenas supera los tres kilómetros cuadrados de superficie.
Con la previsión incluida en este nuevo Plan General se liberaría un total de 161.913 metros cuadrados para la construcción de viviendas, una superficie que según el regidor, Rafa Vives, permitiría levantar unas 900 unidades residenciales. Sin embargo, el modelo de vivienda que se ha construido en los últimos años haría necesario reducir ese numero hasta el medio millar de casas. Esto es así porque la mayoría de compradores que acuden a este municipio, el más pequeño de la Vega Baja -con cerca de 800 habitantes- son ciudadanos de origen europeo que buscan una segunda residencia o mudarse allí durante la jubilación. Así, las propiedades que demandan incluyen pequeñas parcelas al aire libre y piscinas, algo muy valorado gracias a los días de sol con los que no cuentan en sus países de procedencia.
Otras de las características de este nuevo planeamiento es que todas las viviendas se deberán de construir en torno al casco urbano tradicional, facilitando un crecimiento compacto en vez de en forma de urbanizaciones dispersas. De esa forma se impide la construcción de grandes núcleos poblacionales en la huerta que rodea el municipio.
Estrategia autonómica
El «hachazo» que la Generalitat ha realizado a las pretensiones de crecimiento de Daya Vieja se debe a la adaptación del Plan General a la Ley de Ordenación del Territorio de 2014, a la evaluación ambiental integrada y, sobre todo, a la estrategia territorial de crecimiento que limita el futuro suelo urbano y pone límites a las aspiraciones de los Ayuntamientos. El alcalde apunta que en la actualidad el municipio no dispone de suelo para poder construir viviendas. «En este momento no tenemos suelo disponible. El que había se paró en 2007 con la crisis y ahora se ha reactivado. Si hubiéramos empezado con la tramitación del planeamiento ahora, no tendríamos suelo hasta dentro de 10 años», aseveró Vives. El mismo defendió que la aspiración inicial de recalificar hasta el triple de metros respondía al interés de aprobar un planeamiento válido para al menos 20 años.
En relación al espacio industrial previsto, el regidor explicó que con el nuevo Plan General se reserva una superficie de 150.495 metros cuadrados donde se espera poder levantar un polígono para atraer empresas y que los pequeños emprendedores no se tengan que marchar a otros municipios.
Vives señaló que una vez que concluya el plazo de exposición pública y se resuelvan alegaciones, se remitirá a la Comisión de Evaluación Ambiental y espera que lo próximo será la aprobación definitiva, que podría ocurrir en menos de un año.
