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Marginado en el corazón histórico de Orihuela

El céntrico barrio de Triana sucumbe a la degradación por la falta de un plan de rehabilitación que reclaman los vecinos

Falta mobiliario urbano y otro se cae a pedazos. tony sevilla

El casco histórico de Orihuela, como tantas otras ciudades, tiene dos caras que, por un lado, muestran el orgullo de contar con un patrimonio excepcional, y, por el otro, muestran la vergüenza del abandono en su zona más humilde. En pleno corazón de la ciudad, entre la imponente iglesia de las Santas Justa y Rufina y el bonito Palacio del Marqués de Arneva (sede del Ayuntamiento), un callejón, el de Triana -que da nombre oficiosamente al barrio- invita a adentrarse en él. Estamos a apenas 20 metros del Consistorio, pero el paisaje cambia bruscamente. Las paredes llenas de grafitis que, incluso, tapan parte del cartel que señala que estamos en la dirección correcta para ver el Refugio Antiaéreo de la Guerra Civil (1938), hacen ver que esta no va a ser una zona turística. De hecho, muchos turistas siguiendo ese cartel se adentran en el barrio de Triana llevándose pronto una decepción, no solo porque el refugio está siempre cerrado (dicen que habría que pedir la llave en la oficina de Turismo -sic-), también por el estado de degradación de la zona.

Los turistas pronto saldrán de allí, perdiéndose un barrio que tiene mucho encanto, por lo que no se entiende la marginación a la que le somete el Ayuntamiento. Es uno de esos barrios de la falda de la sierra que, con un plan de arreglo y protección, podrían, incluso, formar parte de las visitas a la ciudad. Unos bonitos azulejos reciben a quien entra en Triana. Un lugar para hacerse una foto, que, lamentablemente, estropeará la valla que hay puesta porque se está cayendo la pared. Más al interior, y tras subir una empinada cuesta, nos encontramos con la realidad del barrio. Un foco marginal en el que se acumulan las basuras en una casa abandonada a la que se le ha caído media pared (con un olor insoportable) y no damos crédito a que puedan vivir familias en otra vivienda que tiene una escalera de acceso que se está viniendo abajo.

Pero no solo eso, hay problemas de iluminación, falta de mobiliario urbano y, sobre todo, de un lavado de cara estético que renueve su imagen y la haga más atractiva para vecinos y visitantes, como en el anterior mandato se hizo en el Rabaloche y la Calle Arriba. Una vieja fábrica de manufacturas, que lleva años cerrada, nos despide de Triana. A solo 10 metros salimos a la Plaza Vía Manuel (donde está el Palacio de la Granja o el Sorzano de Tejada), y vuelve a cambiar radicalmente el paisaje. Parecen dos ciudades distintas. Regresamos a la Orihuela turística, la que parece olvidar que hay barrios que no disfrutan de sus mismos cuidados. El edil del PSOE Víctor Ruiz propone la creación de un taller de empleo «para acabar con la degradación de Triana, porque este equipo de gobierno está dejando tirados a los vecinos de los barrios que más inversión necesitan, pero en septiembre PP y Cs ya rechazaron nuestra iniciativa», explica.

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