El entorno del vertedero de Proambiente, a caballo entre la pedanía oriolana de La Murada y el municipio murciano de Abanilla, podría tener fincas en las que no solo habría cultivos, que es lo que se ve, sino también desechos enterrados de manera ilegal. En la parte murciana del basurero, el gobierno autonómico ya ha realizado todas las catas para localizar dónde hay residuos bajo tierra. Ahora le toca el turno a la Generalitat Valenciana que, como confirmó ayer a este diario el director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer, ya ha iniciado catas para detectar nuevos enterramientos ilegales en el perímetro exterior.

Las sospechas recaen sobre varias fincas plantadas con cítricos. En la superficie solo se ven árboles, pero en el subsuelo podría haber escondidas toneladas de basuras sin tratar, como las que ya se han encontrado en otras parcelas. Incluso, el gobierno autonómico está realizando analíticas a los limones en busca de sustancias que han podido llegar desde las raíces a los frutos y que confirmarían que debajo de esos cultivos hay residuos.

Piquer explicó que se han hecho catas en dos zonas determinadas donde se han identificado enterramientos ilegales de basura. Una de ellas debajo del vaso D, el primero que fue sellado por los continuos incendios y combustiones espontáneas que tenía. «Se trata de una zona yerma debajo del vaso, en la que parecía que no había nada, pero donde se ha descubierto más basura». Esto confirma que la zona está plagada de enterramientos de todo tipo de residuos que se almacenaban unos encima de otros sin control y después se tapaban con tierra para evitar ser descubiertos. Así estuvo funcionando la empresa dueña del vertedero durante más de 20 años, con el polémico empresario oriolano Ángel Fenoll como cabecilla, y cuyas consecuencias medioambientales son ahora evidentes.

El director de Calidad Ambiental visitó ayer estas instalaciones para firmar el acta de replanteo de las obras que se van a realizar para sellar los vasos A y C en la parte valenciana del vertedero y que culminarán a finales del mes de noviembre. La inversión supera el millón de euros, que se une al millón gastado el pasado año en el sellado del vaso D. Con esta actuación quedará sellado el perímetro interior del vertedero, a excepción del vaso B, el más pequeño, cuya clausura prevé la Generalitat en 2019.

Se sumaría a los 5,6 millones de euros que lleva gastados el gobierno murciano en la regeneración del vertedero y su entorno, donde ya se ha completado un 72% de las actuaciones, según explicó ayer su director general de Medio Ambiente, Antonio Luengo. En septiembre se iniciará la revegetación de los vasos ya sellados. El presidente de Consorcio comarcal de residuos, Manuel Pineda, puso énfasis en resaltar el coste «irrisorio» que Proambiente ofrecía a los ayuntamientos por la eliminación de las basuras. «Lo que no puede ser es que se pagaran 14 euros por tonelada, ahora se quintuplica como es normal porque esto ha demostrado que la empresa enterraba basuras sin tratar y ahora se paga lo que se tiene que pagar, lo de antes era absurdo y ridículo y las administraciones caímos en esa trampa».

La colaboración ejemplar entre dos gobiernos autonómicos, el valenciano y el murciano, dos ayuntamientos, Orihuela y Abanilla, y el Ministerio de Medio Ambiente, está favoreciendo la restauración medioambiental. Son 8 millones de euros los invertidos por las administraciones autonómicas, pero aún queda el sellado de un vaso y las actuaciones de la Generalitat en el perímetro exterior para localizar nuevos enterramientos, más el mantenimiento postclausura del vertedero durante 30 años, por lo que el coste total de la restauración de la zona se acercará a los 20 millones de euros. Dinero que las administraciones van reclamando a los antiguos propietarios, la familia Fenoll, en los contenciosos judiciales abiertos en los juzgados de Orihuela y Cieza.