El gobierno de la Región de Murcia inició ayer los trabajos de retirada de los lixiviados que se acumulan en una de las dos balsas, la de mayor tamaño, que está en la parte murciana del vertedero. Allí hay nada menos que 1.800 metros cúbicos de este líquido que genera un fuerte y desagradable olor que sufren los vecinos de La Murada y Abanilla. El director general de Medio Ambiente de la Región de Murcia, Antonio Luengo, explicó que los lixiviados «se llevarán a un gestor autorizado para su tratamiento y se han analizado descartando la presencia de hidrocarburos en los mismos».

El director de Calidad Ambiental del gobierno valenciano, Joan Piquer, puso de relieve «el laborioso proceso de retirar los lixiviados y el coste, porque no es fácil encontrar gestores autorizados que permitan llevarlos de manera continua». Por su parte, el vicepresidente de Vertivega, José María Almarcha, se felicitó «por ver la luz al final del túnel», pero advirtió que «quedan muchos lixiviados en el subsuelo que están llegando a La Murada y eso no se puede restaurar», lamentó.