La imagen que presenta el río Segura a su paso por algunos tramos de la Vega Baja como el que atraviesa el municipio de Benejúzar es preocupante. Las cañas cubren la práctica superficie del cauce por una evidente falta de mantenimiento y nadie sabe cuándo se limpiará. La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) suele realizar labores de desbroce entre agosto y septiembre, pero en este momento no hay ningún plan definido debido a la reestructuración que se está haciendo en la cupula del organismo de cuenca tras el relevo en la presidencia, que asume ahora Mario Urrea.
El descontento con la dejadez que se registra en el cauce no es nuevo en el sur alicantino. Orihuela, Almoradí, Rojales, Guardamar del Segura y Benejúzar llevan años manifestando sus quejas y pidiendo más fondos para la retirada de la vegetación silvestre, lodos y la limpieza de los residuos, en su mayoría plásticos, que se esparcen por el río. Todo ello incrementa el riesgo de que se produzcan obstrucciones en caso de lluvias torrenciales y existe miedo a que se registre un desbordamiento, como ya ocurrió en Orihuela en diciembre de 2016.
El alcalde de Benejúzar, Antonio Bernabé, ha sido el último en exigir a la CHS que adecente tanto el cauce del río como la rambla de Lo Rubes y la rambla del Estrecho o Pinohermoso. Bernabé criticó ayer que el presupuesto del organismo nunca llega a la Vega Baja pero sí existen fondos para la Vega Media y Alta. «De Murcia hacia abajo no recibimos prácticamente nada», aseveró el regidor.
Desde el Ayuntamiento benejucense se defiende que la Confederación tiene las competencias de administración y control del dominio público hidráulico y está obligada a desarrollar un programa de conservación, mantenimiento, desbroce, limpieza de los cauces y cuantas actuaciones sean aconsejables para favorecer la conservación de ecosistemas y el discurrir de las aguas ordinarias o por avenidas extraordinarias.
Dominio público
Los organismos de cuenca tienen el deber de protección del dominio público hidráulico, lo que implica que son competentes para la limpieza del cauce de los ríos. Sin embargo, esas labores «son nulas o muy escasas por parte de la CHS, que es quien tiene la competencia, y la situación actual puede propiciar problemas de insalubridad, desbordamientos e inundaciones como consecuencia de la acumulación de maleza, detritos y residuos que al ser arrastrados entorpecen que la corriente discurra con normalidad, afectando directamente a las seguridad hidrológica», defiende el alcalde. Desde el Ayuntamiento «llevamos mucho tiempo denunciando que la Confederación no cumple con sus funciones en lo relativo a la conservación, mantenimiento, desbroce y limpieza de los cauces de las ramblas y río», apostilló Bernabé.
El alcalde considera que es «necesario y urgente que la administración competente, el Estado, a través de la CHS, actúe y ponga medios cumpliendo sus funciones poniendo en marcha un programa de actuaciones de carácter hidrológico forestal, de restauración de cauces fluviales, prevención, mantenimiento y limpieza de cauces».
El malestar con la Confederación no se extiende solo entre ayuntamientos, sino también entre las comunidades de regantes y juzgados de aguas de la Vega Baja, a quienes se les quiere obligar ahora a instalar en las acequias que dan al río Segura rejillas para evitar que los residuos flotantes, la mayoría envases de plástico, terminen en la desembocadura y el mar, mientras estos consideran que esa es una tarea que compete al organismo de cuenca. Sin embargo, se les ha amenazado con cortarles el agua si no adoptan esa medida y afrontan los costes que genere antes de mitad de agosto.
